" La infancia de mis sueños".
Damián Langford.
Todo lo que había evadido estás últimas semanas, todo sentimiento de inquietud, aquella barrera se vino abajo al verla.
— Irina.
Ella igual solía sorprendida, pero fue inevitable la sonrisa que se dibujo en su rostro al hacer contacto visual conmigo.
— ¿Se conocen? — Emiliano sonaba confundido, sin embargo no podía prestarle atención, es difícil hacerlo cuando ella te mira de ese modo.
— Fui pasante con Priscila. — Respondió Irina, quien tampoco apartaba la vista de mí.
— ¿Trabajaste con Priscila? — Emiliano estaba que no lo creía, pues él igual sabía lo pesado que era trabajar con una mujer como Priscila. — Dame un momento Irina, quiero presentarte alguien más.
Emiliano se alejo entre toda la multitud.
— No sabía que te gustará correr. — Se acercó observando mi auto.
— Hay mucho que no conoces de mí.
— ¿Por qué lo hiciste? — Se dió la vuelta quedando apoyada en el auto.
— ¿Hacer qué? — Me acerqué a ella.
— Irte sin despedirte. — La sonrisa en su rostro se desvaneció.
Y fue ahí que recordé sus palabras y el último momento en el que estuve con ella.
— Dijiste que estarías mejor si no me hubieras conocido. — Respondí en seco.
— Damián, yo no hablaba en serio. — Hizo una pausa. — Entiende que estaba molesta por tu comportamiento.
— Discúlpame rojita, discúlpame por querer que siguieras viva.
— ¿Y por eso me tenías contra mi voluntad? — Irina frunció el ceño.
— Sí eso implicará tenerte a salvo — Me acerqué más a ella apoyando mi mano derecha en el auto acortando la distancia entre ambos. — Lo volvería hacer.
El olor de su perfume penetró mis fosas nasales, podía sentir sus nervios intentando huir, pero no había salida la tenia acorrolada.
— Irina, ella es Camila.
Al escuchar la voz de Emiliano, Irina apoyo sus manos en mi pecho apartandome, sonreí a medias y me giré hacia Emiliano.
— Me encanta tu cabello. — Camila se acercó a Irina.
Emiliano me lanzó aquella mirada juzgona de: Sé lo que haces, yo simplemente lo ignore y puse atención a las chicas.
— Cam estuvo en la carrera. — Emiliano miro a Camila. — Cam tengo la tarea de mostrarle a Irina el país y creí que tu ayudará me sería útil.
¿Mostrarle el país?
En todo este tiempo no me he hecho la pregunta más importante.
— ¿Qué haces aquí? — Cuestioné a Irina.
— Es complicado. — Irina me miró a medias.
— Cuenta conmigo, yo puedo hacerme cargo de esta preciosura y la primera parada es ir a festejar. — Camila tomo a Irina de la mano alejándola de nosotros.
— Lo que sea que pretendas, detente. — Se acercó Emiliano.
— No se de qué hablas. — Fingi demencia.
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Peligrosa atracción.
Romance¿Alguna vez se habían sentido corrompidas por el diablo? Bueno, pues así es como se sentía estar cerca de ellos.