VI

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Nunca había pisado un lugar como ese, ni siquiera con amigos, porque tampoco los tenía, pero se había sentido tan aburrido de sí mismo en la soledad de su hogar, que de pronto le pareció sensato hacer, por alguna vez, lo que la gente de su edad solía hacer un viernes por la noche. Se había equivocado rotundamente al pensar que él también podía hacer algo como eso. Lo único bueno del pub que había elegido esa noche era que al menos, tenían una banda en vivo, era buena como para que estuvieran tocando en un lugar como ese, pero eso dejó de importarle cuando sintió como era que el muchacho encargado de la voz y guitarra le observaba de vez en cuando.

"¿Quieres tomar algo?" Escuchó a su lado la invitación luego de una media hora. El chico había bajado del escenario y había ido directamente hacia él. "Yo invito, creo que lo mereces por la linda cara de ángel que tienes." Lo primero que Aziraphael pensó era que el músico era un completo galán, sobretodo porque le sonreía como sonreían los chicos malos en las películas, y aquel cumplido había salido más natural de lo que creía prudente. Sólo que él no sabía que Crowley había estado pensándolo desde la primera vez que lo había visto desde la tarima.

"No bebo alcohol." Fue lo primero que dijo, algo avergonzado.

"Está bien, tampoco soy de beber demasiado... Puede ser un jugo, hay de naranja, de piña y de fresas ¿Te gustaría uno de esos?" Preguntó con interés, sentándose en el taburete a su lado.

"De naranja estaría bien, odio las fresas."

"Anotado." Asintió él con una sonrisa, sólo segundos antes de haber llamado al bartender con su mano para hacer su pedido.

Los minutos y luego horas habían pasado con premura entre sus conversaciones, aunque Aziraphael aún no se sentía lo suficientemente cómodo como para contarle más sobre él al chico, sentía que era uno de esos típicos galanes que buscaban compañía por la noche. No podía estar más equivocado. El joven tocaba ahí viernes por medio, su rutina era interpretar sus canciones junto con su banda, retirar su pago y luego volver a casa, nunca había hablado con nadie ahí además de los trabajadores, mucho menos le había ofrecido algo que tomar a alguien, el chico de hermosos ojos azules era el primero que rompía la regla.

"Creo que ya es algo tarde." Murmuró de pronto el ojiazul, dándole una mirada al reloj en su muñeca. "Gracias por el jugo." Fue lo último que había dicho antes de haberse levantado de su asiento, dedicándole una sonrisa cuando caminaba hacia la puerta.

Crowley se quedó mirando el camino que había tomado el chico, y no pasó demasiado tiempo antes de que corriera entre la gente para llegar hasta el escenario y tomar su guitarra, exclamandole al dueño del lugar que al día siguiente volvería por su paga porque se había presentado una emergencia en casa... Aunque la única emergencia que existía era la que sentía en su corazón por intentar alcanzar al muchacho que le había robado al menos dos horas de su vida sin darse cuenta por haber estado completamente ido en el azul de sus ojos. Tuvo que correr un par de cuadras para poder encontrarlo, soltando un suspiro de alivio con una sonrisa en sus labios al ver como era que el chico parecía casi escondido entre su abrigo y bufanda, caminando lento, como si disfrutara del frío que envolvía a la capital inglesa.

"¡Hey!" Exclamó mientras corría, sin percatarse que por la nieve que había caído durante la tarde, se había hecho una capa de hielo sobre la acera en la que avanzaba. "¡Espera!" Con aquello había logrado llamar su atención, pues el ojizarco detuvo su camino solamente para girarse con el ceño algo fruncido. "¿Puedo acompaña...?" Su pregunta quedó a medio hacer, pues en menos de lo que supo se encontró de cara al suelo a causa del hielo, atinando solamente a poner sus rodillas como soporte para no soltar su guitarra.

Never Gonna Dance Again [Aziracrow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora