XV

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Su respiración se cortó un poco en cuanto abrió la puerta de su departamento y se encontró con su novio al otro lado. El pecho se le apretó al notar su ceño fruncido en un notable gesto de molestia. Su mandíbula apretada y sus brazos cruzados sobre su cuerpo daban la impresión de hacerlo más alto de lo que ya era. Se suponía que se encontrarían en un par de horas en la cafetería de los Crowley para poder disfrutar el segundo día de la estadía de Anthony en el país antes de marcharse otra vez, pero al parecer los planes habían cambiado, porque él estaba ahí, en medio de todo el desastre que significaba haber caído en un agujero depresivo que no tenía fondo, y dónde no había encontrado otro fácil consuelo que no fuera el alcohol y las pastillas.

Habían botellas vacías en el suelo, otras a medio beber sobre los muebles, en su refrigerador no había otra cosa que no fueran botellas o latas de cerveza, mientras que en las alacenas habían distintos tipos de destilados que bebía cuando los grados de alcohol de unas cuentas cervezas no le eran suficientes. Si Crowley se ponía a buscar, cosa que ya había hecho, no encontraría nada además de un paquete de pasta a medio consumir y uno que otro vegetal a punto de crear un reino de organismos vivos en su interior por el estado de descomposición en el que se encontraba.

Cerró la puerta detrás de su espalda, con la atenta mirada del chico sobre él, como si no pudiera cometer ningún error. Lo único que pedía en su interior era que no hubiera inspeccionado su baño, ahí habían cosas sobre las cuales no tenía control, pero que cuando estaban en sus manos, lo hacían marcharse a un mundo distante en el cual no existía el dolor, donde no extrañaba a nadie y donde ni siquiera podía recordar su nombre ¿A quién debía agradecerle por eso? No recordaba si era a William Dubois, o algún otro chico de la academia.

"¿Qué significa todo esto, Aziraphael?" Nunca había escuchado su voz sonar así de severa para él, como si estuviera desprovista de todo el amor que decía tenerle.

"¿Qué cosa?" Susurró apenas, sin ser capaz de dirigirle la mirada. De pronto se sintió pequeño en su lugar, como si Crowley pudiera levantar un pie y hacerlo desaparecer por ponérselo encima.

"¿Qué significa esto, Aziraphael?" Volvió a preguntar como si no tuviera aquella paciencia de la cual usualmente estaba dotado. Con su pregunta, llegó a los pies del rubio, una bolsa plástica llena con distintos frascos de medicamentos, algunos vacíos, otros medios y una minoría, completamente llenos. En sus etiquetas podían verse sus nombres: doxepina, amitriptilina, vortioxetina, entre otros. Medicamentos que usualmente eran usados para tratar la depresión y otros transtornos... Anthony sabía bien que su novio dependía de la amoxapina desde que era pequeño para regular su depresión y ansiedad, así como también del almazopram para regular el insomnio que le acomplejaba, todo aquello a causa de su baile, pero también sabía que la mayoría de los medicamentos en esa bolsa no eran prescritos, y que corría la enorme posibilidad, de que no los hubiera conseguido de la forma más limpia posible. "¿Estás buscando matarte?" El pecho le dolía, y mientras menos respuestas conseguía, más decepcionado se sentía. "Porque eso es lo que vas a lograr mezclando toda esa basura con todo esto." Se respondió a sí mismo, pateando una botella vacía que se encontraba al alcance de su pie. "Respóndeme, Aziraphael... ¿Qué diablos significa todo esto?"

Sus manos sudaban, pero su cuerpo entero se sentía como un enorme bloque de hielo. La boca se le había secado, y como por arte de magia todas las palabras que conocía se habían esfumado del registro de su memoria para poder dar una excusa plausible ¿Pero qué sería lo suficientemente bueno como para que todo ese inconveniente se acabara? Las pruebas estaban ahí, todo apuntaba al desastre en que se había convertido en la ausencia de su novio y a como no fue capaz de controlar su pena sin un escape del mundo real. Sentía que en cualquier momento desfallecería ante los ojos de su amor, el departamento entero le daba vueltas, pero sabía que aunque terminara en una sala de urgencias, no se liberaría de esa conversación.

Never Gonna Dance Again [Aziracrow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora