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Victoria dejó de tatuar, y se apartó para atender la llamada

-¿Hello? ¿Martina?

La rubia estaba a punto de volver a romperse en el suelo de los pasillos del colegio. Donde no había nadie. Pero cuando escuchó aquella voz tan dulce y tierna, antes de hablar dejó de llorar por un momento

-¿Victoria? ¿puede' venir al colegio? -preguntó- Pensarás que te lo estoy pidiendo por uno de mis capricho', pero esta vez te lo pido de todo corazón, de verdad, te necesito.

-Ay baby, no sé si pueda. Estoy en medio de un trabajo -habló la tatuada, algo apenada por rechazar su oferta, pero Martina corta sus palabras, porque su intención en aquel momento no era que tuviera problemas en su trabajo por su culpa

-Entonces es mejor que no vengas. Tu trabajo es más importante que lo mío, así que no te preocupes -dijo la rubia, pero antes de colgar la llamada, Victoria dijo algo más

-¿Crees que mi trabajo me importa ahora mismo? Y si es mejor que yo vaya, corazón, porque no quiero que todos vean a una nena tan linda llorar por una pendeja. Espérame en la salida que en cinco minutos te llego. Bay, linda -musitó la tatuada antes de colgarla

...

-Nicole, te dije que es importante -repetía Victoria- La nena me necesita.

Nicole tenía los brazos cruzados

-Entiendo, pero ella también tiene que entender que tú no puedes dejar tu trabajo solo porque ella está triste -dijo-. Esta vez dejaré que te marches, y te daré un tiempo libre pero después, te quiero aquí de vuelta, Ramírez. ¿Me entendiste?

Victoria asintió y le dio un beso en la mejilla a su jefa y amiga, antes de salir de la tienda corriendo hasta el aparcamiento, donde dejó guardada su motocicleta que le regalaron sus padres cuando recién cumplió sus dieciocho años

Guardó sus cosas en el maletero, y luego arrancó el vehículo para tomar rumbo hacia el colegio que no le quedaba tan lejos de su trabajo

...

Victoria aparcó en la salida del colegio. Cuando se sacó el casco, todos los que estaban allí, se quedaron viéndola, siendo hipnotizados por su belleza.

Aunque no sabía si sentirse halagada o sentirse super incómoda, porque las chicas la miraban como si ella solo fuera un plato de comer

"Dios santo, ¿y ella quién es? Que belleza" pensó una porrista

Igualmente, Victoria no perdió el tiempo y les sonreía a todos. Incluso, en algunos instantes, le guiñaba el ojo a las animadoras que le parecían más lindas

"Debería de hacerle una foto pa tenerla siempre en mi memoria" pensó Melissa, mientras que a su lado, Ruby miraba a la tatuada como si fuera un moco

"Guau" pensó Keane

"Ni que ella fuera dios" pensó Ruby, virando los ojos

Mientras todos seguían mirando babosos a la tatuada, Martina aún teniendo los ojos llorosos por haber llorado, andaba entre todos ellos con su mochila en la espalda

-Hola, linda. Me dijo un pajarito que estabas triste, así que aquí vine para salvarte el día. ¿Te apetece compartir una vuelta conmigo? -le propuso Victoria, que sonrió cuando la tuvo más cerca

La rubia con una sonrisa triunfal, miró a Ruby, la cual se estaba retorciendo de la furia, para luego volver su vista a la tatuada, que ya la tenía agarrada de la cintura, mientras asentía con la cabeza

-Claro que quiero, Victoria -sonrió- Ahora ere' libre de llevarme a dónde tú quieras.

...

Minutos después

-¿Esto que es, Victoria? Está demasiado bello -opinó la rubia, cuando vio el local por fuera

-E' un bar de un pana mío de la universidad -respondió la tatuada, mientras se quitaba el casco- Le dije que me guardara una mesa, y ahora que estás aquí conmigo, quise traerte.

Cuando las chicas entraron, podía sentirse una vibra fresca y caribeña

Varios bailaban sobre la pista de baile, otros comían la comida en las mesas, y otros simplemente se besaban sin pudor alguno junto a la música que estaba a todo lo que da

-Ven, linda -dijo Victoria-, que tenemos una mesa reservada.

La tatuada arrastró a la rubia hasta el piso de arriba, que era como en el de abajo, porque también tenía la música estaba a todo lo que daba, pero en este caso ahí no habían tantas mesas y ni personas, así que tenían un poco más de libertad para hablar

Se sentaron en una de las mesas, y rápido el mesero tras haberles anotado el pedido, de primero, les trajo las bebidas a cada una

-¿Me dirás que pasó, linda? Igual, no quiero presionarte a que me lo digas todo -dijo Victoria cuando ya estaban solas, bebiendo un sorbo de su jugo de limón

Martina suspiró

-Básicamente ella está demasiado dolida porque lo dejamos -respondió- Aunque no entiendo porque está tan atrás de mí si ella me ponía los cuerno' con quien sabe quién... cuando a veces me pasaba noches en su casa, en su cama, esperando a que viniera. E incluso, hubo una noche en la que ya me sentía preparada para hacerlo con ella. Y nunca llegó.

Victoria escuchaba todo eso con atención

Le dolía que la rubia hubiera pasado por todo aquello con su ex novia, cuando ella era una de las nenas más lindas que había conocido y lo tenía todo para tener a todos a sus pies

Aunque, no todas las lindas vivimos en un cuento de hadas

Y la rubia era muy consciente de ello

-Lo siento mucho, baby -habló la tatuada- Me encabrona que alguien tan linda como tú, con una actitud salvaje pero tierna al mismo tiempo, esté llorando en una esquina por una lame bicha como ella.

La rubia se rio

-Bueno... tal vez tengas razón. Pero, yo quería preguntarte una cosa -musitó- ¿Por qué me tratas como si fuera un muñeco de cristal? Cuando se supone que tú me tendrías que odiar a mí, ya que me la paso todos los santos días de la semana puteándote y tratándote mal.

-No me importa. Yo cuando te vi en el salón la primera vez con papi, elegí que iba a quererte, a pesar de que nos acabáramos de volver a ver. Y eso intento, así que puedes putearme to' lo que quieras, pero yo, yo te voy a seguir queriendo igual, princesa -soltó Victoria

Martina no pudo evitar sonrojarse. Esas lindas que le dirigía su niñera siempre lograban alterar ese corazón tan roto y ella, después de tantos impedimentos, quiso dejar que las cosas fluyan como aviones

-¿Sabes qué? -cuestionó ella

-¿Uhm?

-Que yo también.

-¿Yo también que?

-Que yo también te quiero, Vicky

𝚗𝚊𝚞𝚐𝚑𝚝𝚢 𝚐𝚒𝚛𝚕; young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora