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-Si, e' enserio.

Martina mientras tanto se estaba poniendo su top negro para irse a dormir. Sabiendo que la otra la estaba mirando, sonrió provocándola. Le daba igual que Victoria la viera cambiarse de ropa, y tampoco es que se avergüence del cuerpo que heredó de su madre

-También, si no te molesta, quiero tener un momento a solas con ella -prosiguió divertida

La rubia se fijó en ella

-¿La vas a traer aquí?

Victoria asintió. Desde que terminó con su ex novia, no había vuelto a tener ninguna cita. Y necesitaba probar algo diferente. Pensaba que era el momento ideal para experimentar con otras mujeres

-Si, mi amor. Esta mañana he hablado con papi, y por su parte no tiene ningún problema -afirmó.

Martina se rio. No podía imaginarse el terror que podría sentir cuando entrara a su casa y viera a esa extraña estando sentada en su sofá... o verla comiéndose sus preciadas galletas de coco

-¿Y si yo tengo problema' con que esa metida esté en mi casa? -inquirió con tono desafiante

-Entonces le diré que a su princesa le encanta beber vino sola un martes por la noche -objetó Victoria con una sonrisa- Aunque... si te digo la verdad, eso me parece excesivo.

Martina se tomó aquel chantaje como una ofensa. Viendo como sonreía, quería agarrar sus pelos negros y hacer una carrera de motos con ellos por toda la casa.

-¿Me está' chantajeando? -cuestionó la rubia

-Supongo que sí, querida. La decisión es tuya.

La rubia fingiendo una sonrisa, aceptó el trato. No quería tener más problemas con su padre cuando este regrese de su viaje de negocios y tampoco le encantaría lidiar con los errores de su amiga Melissa

-Ah, y antes de irme, te aviso que mi cita estará en casa a las tres de la tarde -anunció caminando a la puerta- Ahora sí, te dejo sola. Que duermas bien y tengas lindos sueños, princesa -le dijo Victoria antes de irse.

...

Martina, al día siguiente, entró al salón un poco cansada. Había tenido mala noche, y pensando que las cosas no podían salirle peor, se olvidó de atarse la corbata y le tuvo que pedir a Victoria que se la atara

-Victoria, antes de irme... ¿te puedo pedir otra cosa?

La mencionada la miró

-Si es un beso en la boca... -empezó a decir a modo de burla, mientras la otra le dio un suave golpe en el brazo

-Deja tus bellaqueras y escucha -le ordenó- Cada año en mi escuela, un club hace fotos a todos los alumnos para el anuario. El otro día me hice la foto y no quedó como esperaba. Necesito una nueva, y no tengo a nadie que...

-A ver si lo he entendido... ¿quieres que te haga las fotos?

Martina la miró

-¿Harías eso por mí?

-Claro que haría eso por ti, linda -le dijo Victoria antes de terminar de atarle la corbata. La rubia sin ser consciente de lo que hacía, la abrazó sin dejar de darle las gracias

...

Habiéndose despedido de su niñera tras la sesión de fotos en el río, Martina entró al colegio un poco más animada. Estando en el pasillo su amiga Candy no paraba de hablar de lo bellas que salieron sus fotos para el anuario

𝚗𝚊𝚞𝚐𝚑𝚝𝚢 𝚐𝚒𝚛𝚕; young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora