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James bajó su mirada al cuello de su hija, donde se fijó que tenía un collar en forma de corazón rosado muy bonito que brillaba

-¿Qué cosa llevas puesta, mi amor? -preguntó de forma pensativa

Martina sonrió

-It's a necklace -respondió sonriendo- me lo ha dado vicki por mi triunfo en la prom donde estaba toda diosa, you know.

-¿Ah, sí? It's so cute, my love.

-Papi -musitó la rubia- ¿vicky se podría quedar un rato más acá en la fiesta, por favor? Ella no va a ser una molestia ni para ti ni para nadie.

-Mera, linda -dijo el mayor- siento decirte esto, pero Victoria no puede quedarse. Esta es una fiesta familiar.

-Me importa cero -reprendió Martina- si no te gusta que mi novia esté acá, entonce' yo me voy. No tengo que hacer nada acá.

-Si que tiene' que hacer algo -expresó James- es tu fiesta. La hice pa ti, para celebrar tus triunfos. No tienes porque irte así porque si.

-Te dije que no me importa. I'm so sorry, sé que hiciste la fiesta con cariño -reclamó la rubia-, pero prefiero estar con mi novia pa celebrar mi truinfo.

-Pero Martina... tienes a gente importante esperándote. ¿Qué les voy a decir?

-Diles la verdad. Que prefiero estar con mi novia -contestó Martina-, goodye papi y que te lo pases de maravilla sin mi

Cuando las chicas se fueron, el mayor resopló todavía más enojado. No podía entender esa rebeldía tan repentina que estaba teniendo su hija con respecto a su noviazgo

-Martina Herrera, ¡vuelve ahora mismo!

...

Martina guardaba su mini maleta donde llevaba algunas pertenencias por si acaso mientras que Victoria revisaba que su motocicleta tuviera batería y funcionara bien

-¿Enserio te vas a ir de tu propia fiesta por mi? -cuestionó la tatuada

La rubia asintió a la vez que en el cielo se asomaba la luna, dándole de luz a su rostro apagado

Odiaba discutir con su padre, pero a veces su orgullo y egoísmo eran los ingredientes suficientes para que perdiera su tan poca paciencia

Ya tenía una edad en la que podía tomar sus propias decisiones, pero él parecía no darse cuenta de que ella ya no era esa niña que peleaba por una barbie

Ahora era una mujer casi adulta, que no dejaba de luchar por ese amor tan prohibido y gangster

-No quiero estar en esa fiesta -dijo Martina- Prefiero estar contigo, baby.

Victoria se fijó en la rubia y corrió para darle un corto y fugaz beso en la boca bajo la luna y las estrellas que estaban hermosas esa noche

-Te llevaré a un lugar especial -proclamó- a un lugar... donde solo seremos nosotras dos

-¿Como una cita?

-Sí, como una cita. Espero que la sorpresa que te guste mucho. ¿Te apetece ir a dar un paseo conmigo?

Martina asintió con la cabeza dándole otro beso

-Claro que sí, mi amor -dijo haciendo que la tatuada sonría por el apodo- yo me voy a donde sea contigo.

𝚗𝚊𝚞𝚐𝚑𝚝𝚢 𝚐𝚒𝚛𝚕; young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora