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Martina miraba como Candy usaba su celular de forma indecisa. No se atrevía a mandar el mensaje, pero su cuerpo se lo pedía a gritos pero... ¿por qué?

Por que estaba locamente enamorada de su niñera, y quería dejárselo saber de una forma u otra. Además, ella quería arriesgarlo todo.

¿Para qué? Para estar con ella, y llegó a creer que lo mejor era que se enterase por ella y no por nadie más.

Así que respiró hondo antes de cometer, quizás, una de las mayores locuras de toda su vida.

-Candy -habló la rubia- lo he estado pensando y si le quiero enviar el maldito mensaje.

La morena miró a su amiga con una expresión de sorpresa

-Pero diablo no sé que decirle -cuestionó Martina- Nunca en mi vida me he confesado a una persona, tu sabe'

Candy plasmó una sonrisa en sus labios

-Tu esto déjamelo a mí, baby -expresó- Que tu sabe' que yo tengo un máster en poesía

Las amigas se rieron y la morena comenzó a escribir el mensaje, porque a la rubia aún le daba un poco de vergüenza

-Toma, read it -dijo ella nada más terminar de escribirlo

Martina agarró su celular para leerlo antes de publicarlo o no. Todavía no estaba tan segura de si hacerlo o no.

Vicky 🌸

Hola Vicky. Tengo que decirte una cosita

Me tienes loca, y no pretendo romper tu noviazgo pero tenía que decirlo.

Aunque eso no quiere decir que me gustes como persona. Pa mi aún eres esa chica mujeriega que yo conocí en la casa.

Pero una mujeriega demasiado sexy. 😍


La rubia hizo una mueca al terminar de leer la nota

-¿Una mujeriega demasiado sexy? -inquirió con desagrado- ¿Enserio tienes que decir eso? Parezco loca si le digo eso...

De inmediato, Martina trató de borrar el mensaje, pero como el destino últimamente no dejaba de ir en su contra había pulsado el botón para enviar la nota sin querer.

Puso tal cara, que su amiga pensó que había visto un fantasma en vivo y en directo

-¡I send it! -vociferó- No, no, ¡no! ¿Por qué me pasa esto a mí, dios mío?

La rubia andaba de un lado a otro, intentando buscar una solución al problema en el que acababa de meterse, pero entendió que no habían soluciones... o tal vez sí

Así que andó hacia la puerta

-¿A donde tu vas, nena? -preguntó Candy

-¡A quemarme en el infierno!

La morena, que ya había pasado por situaciones parecidas, tenía una rápida solución que por lo menos, dejaría en claro las intenciones de ese mensaje

-¡Eso lo podemo' arreglar! -decretó- ¡Puede' decirle que estaba' jugando a verdad o reto y que te retaron a enviarle eso!

𝚗𝚊𝚞𝚐𝚑𝚝𝚢 𝚐𝚒𝚛𝚕; young mikoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora