La sombra 2
Aurora Flecher
-Sus labios se ven muy bien, Señora Walton - cerré los ojos ante aquella confesión para buscar tranquilidad, pero fue todo lo que no conseguí porque sentí unos suaves y tibios labios en mi mejilla.
-Yo ya lo acepté, ahora solo faltas tú - susurró.
-¿Aceptar qué?
-Que nos amamos - dijo en voz abaja - Que nos deseamos - cerré los ojos.
-Cállate - susurré - No digas tonterías - no quería abrir los ojos.
-¿Qué nos impide? - preguntó - ¿Ah?
-Alexander yo y Har... - me interrumpió.
-Guarda silencio - apretó más mis muñecas - ¿Cuál es su apellido, señora? - inquirió.
-Flecher - respondí.
-¿No escuchó? - fruncí el ceño - Dije "señora" - una sonrisa nerviosa se me escapó.
-Flecher - no sé por qué pero una increíbles ganas de molestarlo me invadieron.
Esto está mal.
Harris...
Si él estuviera así con alguna chica, yo...
-Déjese de juegos - los bellos de mi nuca se dispararon cuando sentí sus labios cerca del lóbulo de mi oreja, atrayendo con eso más recuerdos.
Él no hablaba porque todo lo que quería expresar lo hacía mediante nuestra colisión y la llamarada ardiente en la que se habían convertido sus azules, junto a mis hambrientos y codiciosos ojos.
-Walton - susurré - Mi apellido es Aurora de Walton - solté.
-¿Y su esposo? - abrí los ojos - ¿Cómo se llama su esposo? - mi respiración estaba hecha un caos.
Si lo digo, estoy frita.
¿Qué más da? Él es tu esposo y lo sabes. Déjate de estupideces - esa voz que venía desde lo más profundo de mi ser parecía ser mi enemiga.
-Alexander Walton - finalmente contesté.
El hombre frente a mí pegó su frente a la mía.
-Seremos esposos por siempre, mujer - sus pupilas estaban dilatadas.
-Eso no será posible - me pesaba hablar.
-Pues metete en la cabeza que esto no lo pienso dejar. No voy a permitir que un idiota te quite de mi lado, no después de todo lo que pasamos para volver estar así de cerca - puse mucha atención - Fui un imbécil que no supo poner sus puñeteros sentimientos en orden, y mira cómo diablos estamos - el corazón se me iba a salir - Pero esta vez, Aurora, me tendrán que matar para alejarme de ti - mis labios se abrieron ligeramente.
No.
No.
Harris...
-No, Alexander - susurré mientras entraba en crisis.
-Sí, Aurora - me dijo.
-No está bien que yo tenga un prometido que esté llorando a su abuela y yo aquí contigo - me sinceré.
Él se mojó los labios.
-¿Y me tiene que importar por? - rodé los ojos ante sus palabras.
-¡Suéltame! - grité.
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La Sombra del Magnate © #2
Gizem / GerilimLa Sombra del Magnate #2 Las inmensas y ardientes llamas de un sentimiento infernal llevaron hasta las cenizas un puro corazón. Reduciendo la luz de sus ojos hasta un mínimo rayo. Un oscuro corazón probó el sabor de la tristeza y el dolor una vez...