Capítulo 11
Alexander Walton
Cuando vengo a Alemania siempre tengo un lugar en donde quedarme, y no, no me estoy refiriendo a una habitación de hotel. Soy más de casas o departamentos, aunque es bueno destacar que no siempre me quedo en el mismo lugar cada que vengo a mi país. A lo largo de los años he adquirido diferentes inmuebles en este país y no solo aquí, también en España, Argentina, Inglaterra y demás.
Antes de venirme a una de mis propiedades, dejé a Olivia en su hotel y mi hijo y yo nos vinimos a una hermosa casa con temática minimalista, la cual cuenta con una habitación sola y únicamente para él.
—¿Entonces no comerás nada más? — digo mientras entro a mi despacho.
Aleph ya había cenado, pero me gustaría asegurarme de que no haya hambre en su sistema. Al entrar a la estancia veo a Aleph con un bolígrafo en la mano y en el escritorio un par de hojas con escritos y firmas.
El contrato millonario que se firmó hace unos días — pienso.
Le sonrío.
Me acerco al escritorio y mi hijo me mira.
—¿Estás molesto? — preguntó preocupado.
—No. ¿Por qué tendría que estarlo? — respondo.
Aleph sonríe y sigue dibujando.
Miro lo que hace y frunzo el ceño al darme cuenta de algo bastante interesante.
—¿Me prestas esto? — digo.
—Sí — afirma.
Tomo el papel que resalta entre los demás. Es más grueso que cualquier otro papel, no es tan ligero y para terminar de confirmar mis sospechas, cuenta con unas iniciales.
V.D
Como si no supiera quien es.
—¿Dónde encontraste este papel? — inquiero.
—Mi mamá me lo obsequió, dijo que se lo habían enviado al trabajo, pero como no tenía nada escrito me lo regaló — explicó.
—Muy bien — digo.
—Quédate aquí, ya vengo.
—¿Puedo tomar más papeles? — pregunta — ¿Estos no son importantes, papi?
Miro las hojas.
—Son importantes, pero no lo suficiente.
Salgo del despacho y me voy a mi habitación. Estando ahí, me acerco a una de las lámparas que se sitúan encima de las mesillas de noche.
Toco el botón negro que se encontraba en el lado izquierdo de la lámpara, haciendo que la luz cambiara completamente de color y fácilmente me dejara ver lo que había en el papel que para Aurora no tenía nada escrito.
"Los años han trascurrido, pero junto a ellos ha crecido y se ha hecho sabia."
V.D
La sangre en mí fluía de forma distinta. El enojo y la molestia calaban todo mi ser.
¿V. D?
Ni siquiera cambiando el orden de tus iniciales dejaría de reconocerte.
Dimitri Volkova.
Tal parece que ya va siendo hora de contarles una pequeña historia.
Antes de yo nacer, mi papá era un señor bastante adinerado, el cual gozaba de estar con la mujer que se le antojara.
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La Sombra del Magnate © #2
Mystery / ThrillerLa Sombra del Magnate #2 Las inmensas y ardientes llamas de un sentimiento infernal llevaron hasta las cenizas un puro corazón. Reduciendo la luz de sus ojos hasta un mínimo rayo. Un oscuro corazón probó el sabor de la tristeza y el dolor una vez...