ducha

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Después del tenso encuentro con Luca y la conversación entre Ana y Jude sobre sus sentimientos, finalmente llegaron a un entendimiento mutuo. Se abrazaron con ternura, reconociendo la fuerza de su amor y la importancia de su relación.

Ana: (con voz suave) Jude, lo siento mucho si te he hecho sentir inseguro. Te amo más de lo que puedo expresar, eres el único para mí.

Jude: (acariciando suavemente su mejilla) Ana, también lo siento. No debería haber dudado de ti. Te amo con todo mi corazón y estoy aquí para ti, siempre.

La reconciliación los dejó con un sentimiento de alivio y renovación. Se miraron el uno al otro con amor y deseo, sus corazones palpitando al unísono mientras se perdían en el brillo de sus ojos.

Ana: (susurrando) Jude, quiero estar contigo.

Jude: (con deseo) Yo también, Ana. Ven conmigo.

Tomándose de la mano, se dirigieron juntos a la habitación, donde la pasión ardiente que habían compartido antes volvió a encenderse con renovada intensidad. Se miraron con lujuria y deseo, sus cuerpos anhelando el tacto del otro con una urgencia palpable.

Jude: (con voz ronca) Ana, te deseo más de lo que puedo soportar. Quiero sentir cada centímetro de tu piel contra la mía.

Ana: (respirando entrecortadamente) Y yo a ti, Jude. Hazme tuya.

Con un deseo mutuo que ardía en sus venas, se entregaron el uno al otro con una pasión desenfrenada. Sus cuerpos se encontraron en un torbellino de éxtasis, cada caricia y beso marcando el inicio de un nuevo capítulo en su historia de amor.

Las palabras se perdieron en gemidos y suspiros mientras se dejaban llevar por la corriente del deseo, explorando los límites de su pasión con una entrega total. Se movieron juntos en perfecta armonía, sus cuerpos fundiéndose en uno solo en un acto de amor puro y apasionado.

Después, envueltos en el éxtasis del momento, se acurrucaron juntos en la cama, sus corazones latiendo al unísono en un vínculo inquebrantable de amor y deseo. Susurros de amor y promesas de un futuro juntos llenaron la habitación mientras se sumergían en el abrazo reconfortante del otro, sabiendo que su amor era más fuerte que cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Al día siguiente, Ana y Jude se despertaron enredados entre las sábanas, sus cuerpos desnudos revelando la intensidad de su pasión compartida la noche anterior. Mientras el sol se filtraba por las cortinas entreabiertas, el resplandor suave iluminaba la habitación, creando un aura de calma y serenidad.

Ana y Jude se encontraban desnudos, su piel brillando con el brillo del amor compartido durante la noche. Ana yacía dormida, su rostro sereno y tranquilo mientras respiraba suavemente. Jude la observaba con adoración, sus ojos recorriendo cada curva de su cuerpo con reverencia y amor.

Pov Jude (pensando):

Me encanta ver a Ana dormida. Cada detalle de ella me fascina. Tengo que confiar más en ella, pero no estoy seguro si puedo confiar en los chicos que la rodean. Me preocupa que intenten algo con ella.

Mientras Jude se perdía en sus pensamientos, Ana comenzó a despertarse lentamente. Se estiró perezosamente antes de levantarse de la cama, dejando a Jude solo en la habitación.

Ana se acercó tímidamente a la ducha donde Jude estaba disfrutando del agua tibia. Su corazón latía con fuerza, nerviosa por lo que estaba por suceder. Sin embargo, la atracción que sentía por Jude era más fuerte que cualquier temor.

Jude la miró con una sonrisa traviesa cuando ella se acercó.

Jude: ¿Te apetece unirte, cariño? El agua está perfecta.

Ana asintió con una sonrisa nerviosa y se unió a él bajo la ducha, sintiendo el agua tibia caer sobre su piel mientras Jude la rodeaba con sus brazos fuertes.

Ana: (mirándolo a los ojos) Me apetece mucho.

Jude: (acercándose a ella) Te he echado de menos, Ana.

Ana se estremeció ante las palabras de Jude, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho.

Ana: (con voz suave) Yo también te he echado de menos, Jude.

La atmósfera se cargó de electricidad mientras se miraban profundamente el uno al otro, sus cuerpos casi tocándose bajo la cálida cascada de agua.

Jude: (acariciando suavemente su mejilla) ¿Quieres volver a marcar otro gol, cariño?

Ana asintió, incapaz de negar la intensa atracción que sentía por él.

Ana: (con un susurro) Sí, quiero.

Jude la atrajo hacia sí en un apasionado beso, sus labios fundiéndose en un torbellino de deseo y anhelo. Sus cuerpos se movían en perfecta armonía bajo la ducha, explorándose con avidez mientras el agua seguía cayendo sobre ellos.

Cada caricia, cada beso, era una expresión de su amor y deseo mutuo, y Ana se entregó completamente al momento, perdiéndose en la intensidad del momento compartido con Jude.

Después de su apasionado encuentro en la ducha, Ana y Jude salieron, envueltos en toallas y sonrisas radiantes. Se quedaron acostados en la cama, disfrutando de la serenidad del momento antes de que Jude tuviera que irse.

Jude: (acariciando suavemente su cabello) Ana, tengo que volver a España en unos días. Tengo un partido que no puedo perderme.

Ana: (con tristeza) Lo sé, Jude. Pero mientras estés aquí, quiero mostrarte más de la ciudad. ¿Te gustaría que te enseñara algunos lugares especiales antes de que te vayas?

Jude asintió con gratitud, agradecido por la oportunidad de explorar la ciudad con Ana a su lado.

Jude: (sonriendo) Me encantaría. Y quien sabe, tal vez puedas venir a Madrid conmigo en el futuro. Hay mucho más que quiero mostrarte allí.

Ana sonrió ante la idea, sintiendo el anhelo de estar junto a Jude crecer dentro de ella con cada palabra que decía.

jude bellingham?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora