capítulo 54

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Apariencias

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Evangeline

A lo largo de la noche, me resultó imposible conciliar el sueño, el insomnio volvió a atormentarme, aunque esta vez con un rostro diferente. Había asuntos más importantes que debía abordar y estaba decidida a enfrentarme a ellos, una vez haya logrado expulsar esta absurda inseguridad de mi mente. En mi interior se alojaba una sensación desconocida para mí, pero que resultaba opresiva y desagradable, fruto de unos celos incontrolables que nunca pensé que podría experimentar.

Nunca me he considerado una mujer insegura; ha sido un proceso arduo llegar a este punto. He conseguido sentirme satisfecha con lo que veo en el espejo, por lo que no pierdo tiempo menospreciándome ante los demás. No obstante, soy humana y reconozco que todos enfrentamos momentos de inestabilidad. A pesar de que me muestro fuerte y segura de mí misma, en ocasiones surgen dudas sobre mis capacidades o cualidades.

Tal vez el matrimonio no sea tan simple como lo imaginaba. Taddeo y yo hemos enfrentado desafíos relacionados con la confianza, la comunicación y la sinceridad. Nos esforzamos por mantenernos unidos a pesar de las dificultades que nos afectan constantemente. No es una tarea sencilla. Y aunque preferiría no abordar este dilema, especialmente cuando hay otros asuntos que le preocupan, no puedo quedarme tranquila ignorando lo que está sucediendo.

A primera hora de la mañana abandonó la mansión, una lista extensa de pendientes lo llamaban a estar fuera, lo que probablemente lo mantendría así el resto del día. Los niños decidieron acompañarlo, dejándome sola, deambulando por los pasillos mientras lidiaba con esta opresiva sensación. Al sentirme agotada de enfrentar mis pensamientos, decidí buscar a mi hermana y a Barbie, necesitaba que alguien me recordara lo absurdas que son mis inseguridades.

Junto a Hannah exploramos toda la casa buscando a nuestra cuñada, hasta que finalmente la encontramos en el jardín, disfrutando de un hermoso día soleado junto a la piscina. Con un bikini y acompañada por su novio. Nos dirigimos hacia las tumbonas que estaban situadas en la orilla, sin percatarnos de la atmósfera romántica que estábamos a punto de interrumpir.

—Quiero estar ciega. — masculló Hannah, al encontrar a nuestro hermano en pleno acto de besos.

—Disculpa — los interrumpo sin vergüenza —. ¿Te molestaría soltar la lengua de mi amiga un minuto? Necesito hablar con ella.

Barbie coloca las manos sobre su pecho desnudo para despejarlo y levanta la vista hacia mí, mientras se ríe. Por su lado, Henry me lanza una mirada intensa.

—¿No ves que estamos en un momento íntimo? Lárgate. — me dice mi amoroso hermano.

—Existen cuartos para eso. — reclama Hannah —No traumen a la familia con su exhibicionismo.

Él rueda los ojos con fastidio. Barbie se quita los lentes de sol al apartarlo y tomar asiento.

—¿Qué sucede?

—Es un tema privado. — le doy una mirada de reojo a Henry.

—¿Es en serio? — pregunta, indignado.

—Sí, hablaremos de menstruación y cólicos. Vete.

Él vuelve a girar los ojos y se incorpora de la tumbona, no sin antes dedicarle un beso rápido a Barbie. Aunque a veces me cuesta aceptar sus muestras de afecto, debo confesar que disfruto verlos juntos, forman una pareja encantadora y la ternura con la que se miran es genuina.

Al regresar a la mansión, Hannah ocupa el espacio libre a lado de Barbie. Yo permanezco de pie ante ambas.

—Ahora sí, suéltalo.

Lazos InquebrantablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora