CHAPTER XXXVII

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-Austin -miro a mi novio con molestia.

Me levanto de donde estaba para acercarme a él, quien estaba sentado en un lado del yate, mirando como el bote hacia olas mientras avanzábamos en el mar.

-No ha sido mi culpa -me sonríe con burla mientras acerca a su boca una lata de cerveza.

-No, pero puedes ser un poco más... Un poco menos cruel conmigo -me siento a su lado y dejo mi celular sobre la mesa.

Celular que se había resbalado de entre mis manos hace pocos segundos y casi cae por la borda.

-¿Cruel? -se ríe en voz alta, colocando uno de sus brazos en el respaldar del asiento y llevando la otra una mano sobre su pecho, haciendo expresiones de sorpresa exageradas- ¿Me estas llamando cruel? -su tono juguetón queriendo molestarme- oh sí, claro que es mi culpa por haber... -se detiene cuando acerco mi cuerpo más al suyo- creo que deberías tomar eso como una señal, de que debes dejar el celular y vivir más el momento -...- no me gusta que me ignores.

Dejo de mirar sus hombros descubiertos y lo miro a los ojos cuando comenta su descontento, ciertamente me había pasado los primeros 30 minutos en el yate mandando mensajes de texto, cuando esto era una salida de parejas.

-Si fue alguna estrategia telepática para hacerme tropezar y que deje el celular, supongo que te ha funcionado -intento bromear con la situación, deseando que olvide mi descuido y falta de atención a él.

-Nada de eso, pero fue divertido ver como patinabas desesperada intentando agarrar el celular -suelta otra carcajada, mucho más estridente, llevando un brazo a su estómago, sus costumbres de reírse cuando estaba conmigo pocas veces hacían que me dieran ganas de enojarme, lo veía demasiado lindo, divertido, pero para hacerlo callar tiraba ligeramente de su barba, como ahora.

-Si lo hubiera dejado caer en el agua te hubiera hecho pagarme un nuevo celular -le respondo con una sonrisa en el rostro mientras paso mis tirones a sus orejas.

El deja de reír, poniendo sus ojos en blanco y haciéndose quejas en voz baja- lo dices como si no pudieras comprarlo tu misma -le saco la lengua como respuesta y el vuelve a sonreír-Entonces es suerte para mí que solo te caíste junto a tu teléfono por la cubierta -dejo que le tiren de las orejas, pero luego su mano me detiene- no, no, ya fue suficiente, no soy un muñeco, cariño -aleja mi mano de su cabeza y la mantiene sobre su "barriga de alcohólico".

-¿No? Pensaba que de esa manera te llamaba la linda chica que conociste en Aokhla -recuesto mi cabeza en su hombro y libero mi mano de entre la suya, para llevarla otra vez a su rostro y pasar mis dedos por sus pómulos- deberías salir con ella Austin, si te gusta.

-Vete a la mierda -me frunce el ceño y arroja la lata vacía frente a nosotros, dejando que ruede y se estanque en una esquina- no debí contarte esa mierda, eres mi novia y estoy aquí contigo... No con esa chica que me encontré en quien sabe dónde... -evita mirarme.

-¿Verónica? ¿Sofia? Gabriela? Oh, ¡Ashlen! -me estiro encima suyo para tomar su celular, desbloquearlo bajo su mirada y buscar a la chica entre sus contactos.

-Maldita sea -gruñe mientras intenta arrebatármelo, sujetando mi cintura para que no pueda ponerme de pie y alejarme- dame el jodido celular -con su fuerza bruta de hombre no saca de entre mis manos y lo sujeta con fuerza, haciéndome imposible la tarea de competir por quien abre la mano de quien- esa chica ni siquiera me llamaba la atención, no sé por qué diablos le di mi número, así que lo que sea que estés planeando no va a funcionar.

-Austin... Mándale un mensaje, me dijiste que si te había gustado.

-Si lo hubiese deseado lo hubiese hecho desde el principio -miente, ya que solo con los meses que hemos estado juntos podría meter mi mano al fuego y jurar que él puede ser un posible adicto a la marihuana, pero no infiel.

My Strange Addiction | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora