CAPTHER XLII

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-Pero no quiero irme -la peliverde bufa cuando le digo que me bañaría para llevarla a su casa.

-No tienes ropa aquí, Billie, y mis humilde bragas no cabrían en tu enorme trasero.

-Ah, claro, porque quemaste toda mi ropa pensando que no volvería y mírame aquí otra vez -se cruza de brazos.

-Oye, no quemé nada, solo la lancé por la ventana -bromeo.

-Eres jodidamente cruel -mueve su cabeza con indignación- mis malditos calzoncillos seguro cayeron dentro de un charco de lodo... Y de todas formas... ¿Por qué mierda las lanzaste por la ventana? -pide una explicación, pero sin querer soltar la sonrisa que estaba tratando de disimular.

-Obviamente tenía que seguir el complicado ritual de las ex parejas súper dolidas, pude hacer como Taylor Swift y rayar tu auto o cortar los pezones de tus camisetas -bromeo.

Se coloca las manos en las caderas, y se carcajea ante mi broma.

-Ahora no tengo nada que ponerme, eres cruel con tu visita favorita.

-Eres una de mis únicas visitas, por defecto eres la favorita -la rodeo para poder ir hacia el baño.

-Puedo hacerte compañía -me sigue con falsa inocencia.

-Ni lo pienses, querida -pongo una mano en su abdomen y la detengo.

-Ah, vamos, podemos darnos el gusto si estoy de visita -deja de reírse, pero no pierde las ganas de intentar convencerme- ¿No extrañas nuestros momentos calientes en la ducha? -me mira con falso encanto y mueve su trasero ligeramente ante mí.

-Billie, no hagas que te suelte una cachetada -me rio mirando su movimiento.

-_________, vamos puedo ser linda y delicada si no quieres nada fuerte -ofrece.

-Muy pura y delicada cuando te tragas mi lengua.

-Oh cállate.

-Ya, quédate ahí tranquila -señalo la cama- prometo no tardar mucho, ¿Puedo quedarme a comer en tu casa? ¿Seré mucha molestia para Maggie?

-No, mi madre te ama -se acuesta en la cama, tomando su celular y bufando al no saber que hacer con el, dejándolo de lado otra vez- me compraré una PlayStation, desbloquearé una obsesión por comprar videojuegos.

-No necesitas una PlayStation -digo desde el baño- hago una pequeña burla, quitándome la camiseta mientras camino hacia el baño- te vas a comprar un montón de juegos, te volverás adicta al Doom, matarás el resto de tus neuronas y luego en menos de 1 año vas a tener todo acumulando polvo, o en el peor de los casos, te convertirás en una gamer otaku con cero vida social e higiene.

-No creo que abandone mis baños de espuma -se sienta en la cama y sonríe con burla- ¿me querrías si dejo de oler a rosas?

-No, por supuesto que no -blanqueo los ojos- ¿Quién querría un par de calzoncillos con olor a flatulencia, encierro y comida rápida?

-Cuando ese par de calzoncillos tiene mis labios, mi cuerpo y mi rostro creo que no es problema para muchos.

-Oh, que confianza tienes -me rio de ella, por fin entrando al baño y dejando la puerta entre abierta para seguir conversando con Billie- no seas tan soberbia, no te hace bien -levanto la voz para que me oiga.

Entro a la ducha y empiezo a lavarme rápido, tratando de no entretenerme demasiado mientras ella esta sola en la habitación.

-Puedo ser lo que quiera y aún así seguirás amándome -escucho su seguridad exagerada atreves de los metros que nos separan.

My Strange Addiction | Billie Eilish G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora