ADIOS.

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¿Donde estoy ahora?

Estoy en una cafetería junto a Victoria.

Sentada frente al enorme ventanal que daba a la ciudad de Madrid, mi mente atormenta mi corazón en espera de un café y una charla.

Me había convencido de hablar... Me parecía lo correcto, no por escucharla solamente si no para que ella me escuche a mi.

Pero esto no tiene arreglo ni futuro.

--Siento mucho la tardanza...

Victoria se sienta frente a mi y entrega mi café latte vainilla.

Corri la mirada nuevamente hacia el ventanal, esperando que su voz interrumpa el silencio incómodo que prevalencia entre ambas.

--Genesis...

Su voz llama mi atención y llevo la mirada hacia ella.

Su mirada era cabizbaja y jugaba constantemente con la cuchara dentro del café.

--Victoria no lo hagas tan largo, ve al grano-- Dije rápidamente.

La realidad es que no estaba para dar vueltas.

--Quiero las cosas claras y tú me debes una explicación-- Me cruce de brazos.

--Lo se. Primero quiero pedirte disculpas, intenté evitar llegar a este punto de todas las maneras posibles pero no pude-- Al finalizar la frase dejo escapar un suspiro de su boca.

--¿Así que tienes novia?-- Eleve mis cejas.

Necesitaba que sea aún más directa.

--En teoría si... Y lo siento tanto Génesis.

--¿De verdad lo dices?-- Rei irónicamente-- ¿Sientes haberme mentido en la cara?

--Genesis tu me gustas demasiado-- Confesó-- Con Azul las cosas no están bien y cuando volviste a aparecer en mi vida me flechaste por completo.

--Tu también me gustas Victoria y mucho pero así las cosas no funcionan, cometiste un error muy grande que es haberme mentido-- Acomode mi cabello detrás de mis orejas-- No puedo establecer algo contigo en estás condiciones, así no.

--Lo entiendo, pero quiero que sepas que nunca fue mi intención hacerte daño.

--Tal vez no fue tu intención pero es evidente que alguien saldrá lastimado de esta situación y en este caso fui yo.

--¿Y entonces que hago Génesis? Dime ¿Que hago?

Su tono era desesperado.

--Dejarme en paz y seguir tu relación.

La rubia se quedó callada, sus ojos azules conectaron con los míos.

Estoy siendo dura pero es un simple escudo, porque mi corazón está estrujido de dolor de no poder ser yo quien amanezca a su lado todas las mañanas, quien la besa y quién le diga TE AMO.

--No te vayas...--Susurro.

--Vicky, déjame ir.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y un nudo en la garganta me asfixiaba pero el orgullo era más fuerte.

--Quedate en el equipo, te necesitamos... Yo te necesito, eres la mejor en lo que haces-- Una tímida sonrisa apareció en su rostro.

--No lo sé...

--Please-- Un puchero aparece en su rostro.

No puedo creer que me pueda convencer tan rápido con solo mirarme.

Necesito el trabajo.

Ahora que puedo pensar mejor y no actuar desde la impotencia este es un gran trabajo...

CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora