LO SIENTO.

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Dios mío.

Que día fue ayer.

Mi cuerpo está pasando factura claramente.

Intenté salir de la cama pero el brazo de Víctoria no me lo permitía, al contrario, quería que aún me pegue más a ella.

--Vicky...--Susurre tratando de salir pero era en vano.

--Un ratito más...-- Su voz era muy ronca y eso la hacía aún más sexy.

--Debemos ir a desayunar y luego al aeropuerto-- Explique.

--Uf-- Se quejo-- Tengo mucho sueñoooooooo

--Yo también-- Rei.

Ella se separa de mi y de un salto sale de la cama.

Mis ojos automáticamente se clavaron en su cuerpo, estaba desnuda, al igual que yo.

Mi novia me había dado el mejor sexo que alguna vez pude experimentar.

Fue INCREÍBLE.

--Diablo baby, deja de mirarme así-- Tapa su rostro.

--¿Que hice?-- Rei.

--Me pones pachosaaaa.

Dios, que hermosa que es.

Toda sonrojada fue hasta su valija para poder cambiarse.

Estábamos en su habitación, mis cosas estaban en otro piso y me daba mucha pereza.

Así que Vicky me prestó ropa.

Ventajas.

Una vez listas bajamos hacia el lobby del hotel. Por suerte era tan temprano que no había personas mirando a través del cristal y pudimos acercarnos al comedor.

Allí estaba el resto del equipo esperandonos.

--¡Ahí vienen!

Todos se levantaron al vernos llegar.

Claramente nos felicitaron por nuestra oficialización.

Todos menos Luna.

Ella estaba sería jugando con su café.

La conozco.

Se que está mal, y yo también... Fue todo un mal entendido y creo que la termine de cagar.

Sabía que me debía una charla con ella.

Y Victoria también lo sabía.

El equipo hablaba animado mientras comíamos, mientras tanto ella y yo entre cruzamos algunas miradas pero nada más que eso.

--Permiso...

Ella se levantó y salió al patio.

Apoye mi mano en el muslo de Victoria para llamar su atención.

--Ahi vengo...

Ella asintió entendiendo perfectamente a dónde iba.

Fui tras ella.

Estaba sentada en una reposera fumando un cigarrillo.

--Ey...

Al escuchar mi voz gira su cabeza, me ve y vuelve la vista al humo que larga su boca.

Me acerque a su lado.

--¿Puedo sentarme?

Ella indico que "si" con su cabeza.

Seguía sin mirarme.

--¿Podemos hablar?-- Pregunté con cierta timidez.

--Genesis, lo único que tengo para decirte es que estoy muy enojada contigo.

CENIZASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora