DIMELO.

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--¿De verdad lo dices?

Victoria llevaba un semblante serio pero su tono era interrogativo.

--Si, muy en serio.

--Baby, yo quiero estar contigo lo que reste de mi vida.

Aunque mi corazón se sentía abrazado por sus palabras aún mi mente quería bloquear aquellos sentimientos.

Sin darme cuenta una lágrima corrió por mi mejilla.

Victoria aflojo su expresión y se acercó lentamente hacia mi para enredarme con sus brazos.

--Mami, please... No llores, me rompes el corazón.

Solloce sobre su hombro, me sentía algo frustrada.

--Vicky, yo confío en ti... Pero en ella no, la quiero lejos-- Susurré en su oído.

--Esta bien mi amor, lo haré.

Me relaje entre sus brazos disfrutando ese perfume tan característico que solo ella llevaba.

Victoria me tomo por los hombros para separarme lentamente de ella.

--Te amo.

--Yo también.

Nuestros labios se unieron suavemente, buscando el contacto físico con la otra.

--¿Quieres ir a cenar está noche?-- Susurro sobre mis labios.

--Claro-- Sonreí.

Victoria dejo entrever su hermosa sonrisa, la cual me derretía por dentro.

El día continúo bastante normal, pasamos un rato juntas pero luego mi novia se fue con Mauro hacia el estudio.

La verdad es que durante todo el día mire el techo, no hice cosas demasiado importantes porque estaba aburrida.

Estaba haciendo zapping en la televisión hasta que el timbre llamo mi atención.

Puse mis pies dentro de las pantuflas y me acerque hasta la puerta.

Al abrir me encontré con Evelyn, mi suegra, con una sonrisa y un bizcochuelo en sus manos.

--Eve ¿Que haces aquí?-- Pregunté sorprendida pero aún así con una enorme sonrisa en mí rostro.

--Pues se que Vicky está en el estudio, me comentó que estabas sola y se me ocurrió hacerte un poco de compañía.

Wow, ya entiendo porque Victoria es tan atenta conmigo.

--Por supuesto-- Sonreí-- Pasa...

Me hice a un lado para que mí suegra pueda pasar a la casa de su hija.

--Me sorprende que esté todo tan limpio-- Ríe.

--Estuve ordenando un poco...

--Ya veo, mí hija es muy desordenada-- Comenta con un tono divertido.

--¿Que gustas tomar?

--Mmmh ¿Café?

Yo asenti.

Fui hasta la cocina para preparar las infusiones, me hacía la que entendía pero claramente me estaba costando entender la cafetera. La casa es bastante tecnológica y va un poco en contra a lo que suelo estar acostumbrada.

Toque, toque y toque hasta que funcionó.

Cuando volví con los dos cafés la mesa estaba lista con el bizcochuelo cortado y los utensilios puestos.

Me sentía en casa... El momento favorito de mí mamá era la merienda.

--Mmmmh, está increíble.

--Gracias-- Sonríe Evelyn-- Es el favorito de Victoria.

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