06 - Parte 01

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Origen divino

Mi cuerpo se hallaba flotando en un líquido desconocido, denso y con un olor nauseabundo que dificultaba mis intentos por moverme. Experimentaba una mezcla de ira, inquietud y desesperación mientras mis extremidades luchaban por liberarme de esa extraña sustancia.

Lo curioso era que, a pesar de ser consciente de mi situación en ese líquido extraño para mí, que parecía arrastrarme a las profundidades, algo en mí lo reconocía, aunque todo el entorno se sumiera en una oscuridad total sentía tranquilidad, mezclada con angustia. Llegué a pensar que estaba en una dimensión que yo misma había creado, pero pronto me di cuenta de mi error.

De repente, el líquido comenzó a burbujear y las corrientes se agitaron violentamente. El viento golpeaba mi rostro con fuerza, avivando la furia del maremoto. Entonces, unos dedos delgados y finos se posaron en mis hombros, arrastrándome hacia las profundidades de aquel líquido más oscuro que la noche y más espeso que cualquier otro fluido conocido.

Incapaz de gritar o defenderme, solo pude sentir cómo aquellos dedos largos y delgados me llevaban hacia abajo, ansiosos por sumergirme y ahogarme.

—¡Tu no perteneces a este lugar! —grito una criatura que de solo escuchar su voz me hizo sangrar los oídos y el cerebro.

Con mayor intensidad, comencé a descender debido a los esfuerzos de la criatura por ahogarme. De manera inesperada, esos esfuerzos se detuvieron abruptamente, dando paso a un acontecimiento aún más extraño y difícil de explicar: un resplandor deslumbrante desintegró mi entorno, transportándome a un lugar completamente distinto, uno aún más extraño que el primero y sin respuesta de cómo o quien me había traído aquí.

Me encontraba en un espacio sin forma física ni sensaciones corporales. Todo el lugar estaba sumido en un extraño y misterioso resplandor blanco deslumbrante, indicando que había entrado en un reino de pura energía o eso podía deducir. Era difícil comprender y aún más difícil describir este lugar, donde el tiempo, la materia y todas las preocupaciones terrenales simplemente no existían. Aquí reinaba una calma absoluta, guiada por canales de energía del mismo resplandor blanco.

Esta vez, no fueron los dedos de una criatura extraña los que me sacaron de este lugar tan peculiar, sino una fuerza indescriptible sin forma física. En cuestión de segundos, empecé a ser arrastrada a la salida de aquel reino construido únicamente de energía.

—Él debe recordar. —exclamo una voz que escuche mientras era lanzada fuera del lugar. —Debe cumplir su destino.

Comencé a caer, atrapada en una espiral hacia el infinito de la existencia una vez más. En mi desesperación por aferrarme a algo tangible, mis intentos fueron en vano, pues no encontré ni apoyo ni salvación.

El tiempo parecía acelerarse mientras descendía, como si años enteros se desvanecieran en un instante. Mi corazón amenazaba con escapar de mi pecho, mientras mi cuerpo se tensaba en anticipación al inevitable impacto que nunca llegaba.

De repente, emergí en un nuevo escenario. Era un portal de tonos rojos y negros, centelleante con descargas eléctricas que recordaban a una tormenta eléctrica en pleno apogeo. A pesar de ingresar sin dolor físico, fui envuelto por un recuerdo desconocido que me abrumo.

—¿Por qué yo debo manipular las sombras? ¿Por qué ellos si pudieron el elemento? ¿Por qué debo ser eso? —le cuestione con un inmenso temor y pánico a una figura que tenía en frente.

No podía divisar su rostro ni su figura. Mantenía mi mirada hacia abajo, sumida en la oscuridad, con la nada extendiéndose ante mí. Sin embargo, en medio de aquel vacío, resplandecía una presencia, una entidad cuya existencia percibía a través de destellos fugaces que se reflejaban en mi conciencia.

LAILA - OSCURIDAD ETERNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora