En el paraíso del verano, donde el sol brilla alto y claro,se esconde una melancolía como sombra en el prado.
Bajo el resplandor dorado, se ocultan susurros de añoranza,entre risas y suspiros, se teje la trama de la bonanza.Las noches cálidas susurran secretos al viento,mientras las estrellas titilan en un cielo lento.El aroma a jazmín y mar, envuelve el aire,pero en los corazones, hay un leve pesar.Pues el verano, efímero como un sueño fugaz,nos recuerda la fugacidad de la vida, su faz.Cada puesta de sol, un recordatorio de lo efímero,cada amanecer, una promesa de lo venidero.
En el caluroso verano, la melancolía se esconde,bajo capas de felicidad y recuerdos que resplandecen.Pero aún así, en la brisa caliente, se siente su presencia,como un susurro suave, una dulce esencia.Así, el verano se convierte en un paraíso,donde la melancolía y la alegría danzan un mismo hechizo.Y en el corazón del eterno estío,se encuentra la belleza de lo transitorio.
En el eco de mi propia soledad, resuena el susurro de un amor fallido, un eco de lágrimas derramadas en noches oscuras de un corazón herido.
Atravesé el valle de la desesperanza, donde las sombras me envolvían sin piedad, pero en medio de la oscuridad y la tristeza, descubrí la fuerza para levantarme una vez más.Cansado de amores efímeros y vanos, anhelo el toque de una mano que cure mis heridas, una mirada que comprenda mi dolor sin palabras, y un corazón que abrace mi alma entristecida.Sé que algún día llegará alguien especial, que valore mi esencia y no tema mi fragilidad, un amor sincero que florezca en la sinceridad, y juntos sanaremos las cicatrices del pasado.Mientras tanto, me elevo sobre las ruinas del ayer, con la esperanza como guía y la fortaleza como escudo, porque aunque el amor me haya fallado en el pasado, sé que dentro de mí aún arde una luz que no se ha extinguido.
En el calor del verano, entre susurros de brisa, retumban los ecos de un amor ya perdido, melancolía que se cuela entre sombras, dejando un rastro de nostalgia en cada latido.Deja vu de un romance que una vez floreció, susurros de recuerdos que se desvanecen, como las olas que besan la orilla y se alejan, dejando en la arena huellas que el tiempo borra.En este verano, entre luces y sombras, navego los recuerdos con ojos cerrados, tratando de encontrar un atisbo de consuelo, en los suspiros que se pierden en el viento.Pero el verano sigue su curso inexorable, y yo me encuentro en esta danza etérea, entre los destellos de lo que fue y lo que pudo ser, encontrando mi camino en el laberinto del ayer.
Bajo el sol radiante de un verano sin igual, se encuentra un chico con sueños por alcanzar, sus ojos brillan con la luz de la esperanza, mientras imagina el día en que logrará brillar.En su mente, se teje un tapiz de ilusiones, donde cada paso lo acerca más a su destino, sabe que el camino será difícil y lleno de pruebas, pero su determinación es su más grande aliado.Con cada amanecer, renueva su fe y su fuerza, trabajando con tesón para forjar su camino, sabe que el éxito no llega de la noche a la mañana, pero confía en que su hora de triunfar está cercana.
En las horas doradas del atardecer, contempla el horizonte con serena certeza, sabe que cada esfuerzo lo acerca un poco más, a ese momento soñado de victoria y grandeza.Así, en este verano soleado y luminoso, el chico avanza con paso firme hacia su destino, sabiendo que su tiempo de triunfar llegará, y con él, escribirá su propia historia de glorioso destino.
ESTÁS LEYENDO
PARADISE
PoetryPautas poeticas, inspiradas en vivencias de verano, amor y lujuria por la vida.