Luces, camara, acción

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Bajo el fulgor del verano, luces, cámara, acción,
Ansío tu amor, pero hoy lo hago por mí.
En la playa de los suburbios, ebrio de emoción,
Descubro que sin ti también puedo ser feliz.

El mar refleja los destellos de una nueva dirección,
Donde el protagonista soy yo, sin necesidad de ti.
Entre risas y olas, en esta nueva dimensión,
Brilla mi propia luz, sin luces ni guion aquí.

En el escenario de la vida, mi actuación,
Es libre y auténtica, sin ataduras, sin frenesí.
Luces, cámara, acción, pero esta vez en mi canción,
El verano es mío, sin necesidad de ti.

Bajo el fulgor de las lindas cámaras,
Encontré la tranquilidad que anhelaba.
Entre flashes y miradas, en el centro de la escena,
Hallé la paz que tanto buscaba, serena.

En cada clic, en cada movimiento calculado,
Descubrí un refugio, un lugar sosegado.
Aunque el mundo gire, aquí todo es quietud,
En el abrazo de la fotografía, encuentro mi salud.

Las lentes capturan momentos efímeros,
Pero también atrapan la calma en sus senderos.
Entre luces y sombras, en este rincón de quietud,
Encuentro mi refugio, mi santuario de plenitud.

Así que bajo el resplandor de las lindas cámaras,
Encuentro la tranquilidad que el alma reclama.
En este espacio entre flashes, donde todo se ilumina,
Encuentro la paz, en cada instantánea divina.

Bajo las luces veraniegas, se desvelan mis secretos,
Mi corazón erizo, ante el baile del cruel romance.
En la danza de pasiones y desvelos incompletos,
Se entretejen los hilos de un amor sin semblante.

El verano enciende las pasiones más ocultas,
Mientras la brisa acaricia los deseos más profundos.
En este escenario de emociones tumultuosas y adultas,
Se revelan los misterios de los corazones moribundos.

Cada secreto, cada suspiro, es parte de esta danza,
Donde el romance se viste de penumbra y desencanto.
Mi corazón erizo, vulnerable ante la esperanza,
Se entrega al ritmo cruel de este eterno quebranto.

Entre sombras y destellos, se escriben nuestros destinos,
Bajo las luces veraniegas que alumbran nuestra pasión.
En este baile sin fin, donde somos solo molinos,
Mi corazón erizo busca refugio en tu perdición.

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