poniendo arena sobre la lluvia

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En las sombras más densas, brilla tu luz,
en los momentos más oscuros, resalta tu virtud.
Aunque la tormenta azote y el viento arrecie,
en ti encuentro el refugio que siempre anhele.

En cada desafío, tu fortaleza se revela,
y en tus ojos encuentro la calma que anhela.
Aunque el mundo se desmorone a mi alrededor,
contigo, en tu amor, encuentro mi mayor valor.

En cada risa, en cada lágrima, en cada suspiro,
encontramos juntos el camino a seguir.
Aunque el camino sea difícil, incierto y largo,
juntos, tú y yo, enfrentamos cualquier embargo.

En los peores momentos, descubro lo mejor de ti,
y es por eso que aquí, junto a ti, me quedo así.
En tu abrazo encuentro la paz que tanto busqué,
y en tu amor eterno, mi corazón hallé.

En las noches oscuras, tu sonrisa es mi faro,
iluminando el camino, sin importar lo raro.
En los momentos de duda, tu voz me guía,
recordándome que juntos, la vida es más bella todavía.

En cada desafío, tu mano sostiene la mía,
y juntos enfrentamos cualquier agonía.
En la tormenta, en la calma, en cada instante,
nuestro amor perdura, inquebrantable y constante.

Aunque el mundo se desmorone, aquí estamos,
enredados en el lazo que nuestros corazones forjaron.
En cada amanecer, renace nuestra unión,
y en cada caída, nos levantamos con pasión.

Así que en los peores momentos, aquí me quedo,
contigo, mi amor, enfrentando el miedo.
Porque en ti encuentro la fuerza para seguir,
y en nuestro amor, el motivo para vivir.

Entre la multitud, siento que no pertenezco,
algo en mí busca un destino que desconozco.
13 playas crucé en busca de mi verdad,
hasta encontrar la arena virgen, mi libertad.

Un algo invisible me separa de los demás,
un misterio que bloquea mis caminos habituales.
En la inmensidad del mar, encontré mi refugio,
la playa vacía que aguardaba mi prodigio.

Aquí, en este rincón solitario, encuentro mi ser,
lejos del bullicio, del ruido que no puedo comprender.
Esta playa, esta tierra virgen, es mi santuario,
donde puedo ser quien soy, sin necesidad de horario.

El sol se pone en el horizonte, pintando el cielo de fuego,
y en este instante efímero, encuentro mi sosiego.
No pertenezco a ningún lugar, pero aquí me encuentro en casa,
en la playa vacía que mi alma abraza.

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