Tardes Ardientes en los Suburbios

12 1 0
                                    

En neón veo el mundo, 
bailando hasta el alba, 
la vida que llevo me ahoga, 
brillo en el escenario, 
me mantengo viva con pasión. 
Pero un día desperté, 
decidí cambiar el rumbo.

California, mi refugio mental, 
dondequiera que vaya, 
mi esencia siempre me acompaña. 
Anhelo tu abrazo, tu afirmación, 
lentamente me consume esta situación.

Sueña conmigo, 
hazme dulce melodía, 
bailamos al ritmo del pop, 
al diablo, te amo, 
sí, te amo de verdad.

En neón, solía perderme, 
ahora brilla aún más, pero tú te has ido, 
tantas palabras que te diría, 
pero ¿de qué sirve ahora?
Entre luces de neón, mi alma se desliza,
bajo el hechizo de la noche que deslumbra y hechiza.
En cada paso, en cada verso, un eco de dolor,
un deseo ardiente de amor, de calor.

En California, tierra de sueños y esperanzas,
donde el sol acaricia y el mar susurra danzas,
me enfrento a mi reflejo, a mi verdad,
buscando en el horizonte una nueva claridad.

Sueños compartidos en la penumbra de la noche,
transformados en melodías que el viento derroche.
A la mierda, te amo, grito al universo entero,
encontrando en la música mi refugio verdadero.

En neón, en sombras, en el fulgor de la aurora,
sigo adelante, aunque el corazón añora,
porque en cada verso, en cada rima, en cada estrofa,
encuentro un destello de luz que nunca se sofoca.

Bajo el calor del verano en los suburbios de California,
donde las calles arden y el aire vibra con magia,
entre sombras danzantes y murmullos de la ciudad,
mi corazón busca paz en esta noche de ansiedad.

En el fulgor de las luces y el rumor de la brisa,
me pierdo entre recuerdos, entre sueños y prisa.
En cada esquina, un susurro, una historia por contar,
en cada suspiro, un anhelo, un deseo por encontrar.

Encerio, te amo, susurro al viento cálido,
mientras las estrellas brillan en un cielo líquido.
En este oasis urbano, donde el tiempo se detiene,
busco en cada latido la razón que sostiene.

En neón destellante, en sombras que se desvanecen,
Descubrí la belleza en las noches que enloquecen.
En los suburbios de California, donde todo es posible,
dejo que el calor del verano me guíe hacia lo tangible.

PARADISEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora