3 - Chaqueta roja

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Deje mi comida de lado cuando escuché un grito, me asusté al ver cómo Seonghwa estaba sentado escondiendo su cuerpo con sus piernas.

— ¿Qué pasa? — pregunté preocupado mientras me acercaba a él, me sorprendí cuando me abrazo de forma apresurada y fuerte — Me estás asustado, habla ¿Quién está detrás de la puerta? — pregunté cuando una mujer pedía en súplicas que le abrieran.

No hablaba, estaba en un estado que no agradaba nada.

— No puedo... no puedo — Susurró.

Lo alejé un poco para agarrar su rostro entre mis manos y mirar sus ojos grises que parecían perdidos en pensamientos oscuros.

— Juntos, estamos juntos ve a la habitación y yo resolveré esto ¿Ok? — le pedí.

Seonghwa es una persona con un corazón muy noble, es muy buen amigo, puede que siempre me vea como un niño imbécil y si a veces lo soy porque soy una persona que hace muchas cosas sin sentido, pero cuando se trata de mis amigos, de Seonghwa en especial, siento que soy capaz de todo porque él al igual que Félix han estado cuando los necesito.

Seonghwa se levantó del suelo con mi ayuda y camino hacia su habitación con la mirada perdida, abrí la puerta y mire por primera vez a la mujer que le había dado la vida a mi amigo, había visto fotos de ella en el celular de Seonghwa, pero es diferente verla frente a frente, en definitiva los ojos grises lo saco a ella.

— Quiero hablar con mi hijo — mi pidió la mujer con desespero.

Sus ojos estaban cristalizados y su rostro un poco rojo, había tristeza en sus ojos. Salí del apartamento para asegurarme que la mujer no entrara.

— No está bien, ahora no puede y realmente no sé que le dijo o lo que sucede entre ustedes, pero Seonghwa se veía mal así que no permitiré que entre para destruirlo — dije con seguridad.

No sé cuál es la historia, lo único que se es que sus padres nunca aceptaron su homosexualidad.

— Es mi-i hi-ijo, soy su madre-e y no-o soy perfecta, pe-ero quiero-o verlo — las lágrimas de la mujer comenzaron a salir tan rápido que su voz temblaba.

No puedo, primero Seonghwa, segundo Seonghwa y tercero Seonghwa. Así es la amistad.

— Señora respiré... ahora no es buen momento no puede venir así como así porque mira lo que logra — dije tratando de calmarla.

Me gustaría saber lo que pasa, entenderla, pero ahora mismo Seonghwa es mil veces más importante.

— Quiero verlo — pidió decidida casi en un grito.

Con desespero me interpuse en la puerta.

— Haremos esto bien, hoy no quiere verla así que se tendrá que retirar, pero prometo que lo llevaré con usted cuando él esté mejor, pero ahora necesito que le dé un espacio — dije.

La mujer pareció entender y comenzó a limpiarse las mejillas.

— Júralo — pidió.

— Lo juro, solo deje que él se acerque — le pedí yo.

Ella asintió y se retiró con cierta tristeza y frustración. Entre a la casa y cerré la puerta con seguro antes de correr a buscar a Seonghwa, este estaba mirando el paisaje desde la ventana de su cuarto que era inmensa.

— Se fue — le avisé mientras me acercaba.

Su mirada está igual o peor que la de su madre ¿Qué está pasando? Quiero saber, pero sé que no puedo preguntar.

— Tiene cáncer, eso dijo... es mi mamá ¡Mierda duele! No importa que me odie por lo que soy, yo la quiero viva — confesó con rabia y tristeza, se volteó a verme y se preocupó al verme  — ¿Por qué estás llorando? Debería ser yo el que lo esté haciendo — dijo mientras limpiaba las lágrimas de mis ojos.

Recordé cuando mi madre me dijo que se estaba muriendo, sentí que mi mundo se venía abajo, tenía miedo y rabia porque sabía que si ella moría sería por mi padrastro ¿Y qué hice yo? Llorar por golpes mientras mi madre moría lentamente.

— No sé... solo no quiero que tú sufras como algún día yo lo hice por la perdida de mi madre — susurré, él me abrazo con la misma fuerza que lo había hecho antes y me sentí impotente por llorar.

Odio llorar, odio que mis sentimientos se vuelvan transparente, odio sentirme expuesto.

— No llores que me haces sentir mal, mírame ¿Qué ves? — pregunto.

Limpie mis lágrimas tratando de recobrar la postura.

— Un ninfómano con dinero — me burlé.

Este se rio y asintió.

— Bueno si lo soy, pero ¿Sabes que soy también? Un chico afortunado por tener a alguien que lloraría por mí aun cuando yo no puedo — expreso.

Le saqué la lengua de forma infantil tratando de volver este momento burlesco.

— Eres muy sentimental, hasta pareces que estás enamorado de esta belleza tropical — dije mientras alzaba la cejas.

Le tengo miedo a la seriedad, no me gusta eso porque si todo vuelve serio me vuelvo un mar de debilidades que se han ocultado a lo largo del tiempo con mentiras.

— ¿Sentimental? Tú eres el que llora y tranquilo no iré detrás de ti no me gustan que los chicos sean tan... heteros — dijo con cierto rechazo.

Buen punto porque a este chico le gustan las personas delicadas y afeminadas que sean facil de llevar a la cama.

— Voy a terminar mi comida mejor — dije tratando de escapar de él.

Tengo muchas cosas en mente, primero ayudar a Jeongin, vengarme de esos tipos que lo molestan, convencer a Seonghwa que vea a su madre y buscar mi vocación en este mundo... son muchas cosas de solo pensarlo tengo sueño.

***

La alarma número 15 de mi celular sonó, solo diré que soy un caos levantándome temprano, pero tengo que hacerlo porque Seungmin me dijo que fuera temprano porque necesitaba personas que atendieran en el bar de día, ya que el lugar se convierte en una cafetería cuando la claridad está en las calles.

Me metí al baño tratando de bajar un problemita en mis piernas, no soy bueno en masturbarme si una estimulación visual así que prefiero bajar la excitación con agua fría, limpie todo mi cuerpo y me asegure de limpiar mis dientes correctamente al igual que lave mi cabello que pronto tendría que cortar.

— ¡Sunno ven a mi cuarto! — grito Seonghwa.

Envolví mi cintura con una toalla mientras me secaba con otra toalla más pequeña el cabello, camine hacia la habitación del que recién me había llamado, no toque la puerta simplemente entre para encontrarme con el chico de ojos grises que tenía una chaqueta roja de cuero en sus manos, era hermosa los detalles era preciosos y perfectamente calculados.

— Que hermosa chaqueta debe ser cara ¿Para qué me llamas? — pregunté.

Este se acercó a mí y me la entregó.

— Se me olvidó dártela ayer, la vi la semana pasada y solo pensé que en ti quedaría perfecta así que es mi regalo de bienvenida — me estreso la chaqueta.

Lo abracé de forma impulsiva y este colocó una de sus manos en mi espalda, su toque fue muy caliente y lo sentí así porque mi cuerpo estaba muy frío por el agua que antes mojaba todo mi ser.

— Lo siento, se me olvidó que estoy un poco mojado aun — me disculpé al ver que mojaba
su camisa.

Su mano bajo un poco de forma inconsciente a mi cintura lo cual por extraña razón me hizo sentir bien.

— No importa, es tarde yo me tengo que ir ya porque estoy comenzó con turnos para ayudar a los casos de emergencia así que esperan por mí, en la cocina deje el desayuno y si necesitas algo cómpralo con la tarjeta que te di espero que la chaqueta te quede bien — dijo rápidamente saliendo de su cuarto al ver la hora.

Toque mi espalda tratando de imitar el toque Seonghwa ¿Por qué su toque se sentía tan ardiente? Debió ser mi imaginación.

Pelirrojo en llamas³ - ChaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora