Seonghwa
Apenas llegamos al hotel mi madre nos hizo levantarnos para ir a un recorrido donde conoceríamos las comunidades que viven cerca y apreciar diferentes culturas. De hecho cuando estábamos pequeños mi hermano y yo siempre hacíamos estos tipos de viajes y me divertía mucho.
— Desde que llegamos no has dicho ni una palabra ¿Estás bien? — preguntó mi hermano abrazándome mientras caminábamos lo cual era incómodo.
Mis padres caminaban de la mano como si todo fuera perfecto en nuestra familia.
— No me gusta fingir que somos perfectos — admití cansando.
Esto de tratar de parecer feliz y hacer como si nada pasara no se me da.
— Nadie lo es... realmente entiendo que no esté cómodo cuando rechazaron por tus gustos — murmuró mientras miraba los puestos que estaban a nuestro alrededor de ventas de objetos tradicionales para turistas — Sé que no son los padres que hubiésemos querido, al menos yo no pienso ser igual con mis hijos, pero quiero intentar disfrutar los momentos al lado de mamá porque a pesar de todo ella está tratando de corregir sus errores — manifestó pensativo.
Me da un dolor en el pecho cada que pienso en el tiempo que le queda a mamá.
— ¿Y ya reflexionaste que nombre le colocarás al bebé? — pregunté tratando de mejor el ambiente.
No quiero dañar el viaje, al menos esta vez quiero intentarlo.
— La verdad no, ni siguiera hemos querido saber el género porque queremos dejar los estereotipos de lado... no se supongo que algo se nos ocurrirá — dijo con tranquilidad mi hermano.
Lo abracé, sé que va a ser un buen padre porque cuido de mí como lo debió hacer mi padre, nunca me juzgo por lo que soy.
— Serás un buen papá — lo animé.
Este asintió de forma tranquila.
— Chicos vengan acá — nos llamó mamá para que entráramos a un a especie de monasterio.
La comunidad que vive es muy tranquila hablan español, pero creen mucho en la existencia de los espíritus y la energía, e incluso leí que creen en el tema de la reencarnación del alma, en otras palabras no hay cielo o infierno.
Cuando entramos había varios cuadros de ancianos en las paredes junto con flores...
¿Tumbas? No sé muy bien, había cojines en los rincones y enfrente había recipiente de plata con piedras transparente y blancas.— Bienvenido, este monasterio se originó hace siglos con la intención de darle paz a los vivos y a los no vivos, de este lado están las cenizas de nuestros más grandes sabios de la comunidad y de este lado un espacio para equilibrar su energía y paz — comenzó a decirnos un hombre calvo con vestimenta rara, mi madre lo saludo con educación y mi padre solo lo miro con su típica mirada analítica — Es placer tenerlos aquí — dijo amablemente.
Mi hermano me miró y movió su mano de forma circular expresando que el monje
estaba loco.— Nosotros queremos equilibrar nuestra paz — mencionó mi mamá emocionada.
A lo que el hombre nos guio hacia los cojines y nos asignó a cada uno un espacio alejado entre nosotros, me senté en mi correspondiente cojin y luego un chico joven que no tenía cabello y con vestimenta igual al del monje que nos había hablado se me acercó.
— Mi nombre es Hun ¿Tú cómo te llamas? — me preguntó con amabilidad.
Su voz era muy relajante... no sé si era mi imaginación, pero escucharla me tranquilizaba un poco.
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Pelirrojo en llamas³ - Chanin
RandomSunno está tratando de descubrir lo que quiere hacer con su vida, encontrar su propio camino para así superar su horrible pasado, pero nada de esto será fácil, en su vida se sumarán nuevos personajes que harán un poco más divertida y candente su his...