6 - Creemos buenos recuerdos para que los viejos solo sean parte del olvido

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— Papá no te preocupes estoy bien, tengo un trabajo y no le causó problemas a Seonghwa — me defendí cuando mi padre me pidió que no abusara de la amabilidad de mi amigo.

La madre de Jisung me repitió más de tres veces que usará condón por si salía con una chica.

— Si gorro no hay fiesta, ya entendí — dije en tono burlón.

Me gustaba sentir la preocupación de ellos por mí, me hacían sentir como parte de una familia normal.

— Te queremos, cuídate — dijeron ambos antes de colgar.

Yo también los quiero. Seonghwa salió de su consultorio despidiéndose de su amigo engreído que no me agrado mucho.

— Vamos — me pidió Seonghwa que lo siguiera.

Así lo hice, salimos del hospital y nos subimos a su auto. Me acomodé la chaqueta antes de colocarme cinturón de seguridad.

— ¿Cómo te ves en 5 años? — le pregunté al hombre a mi lado que tenía una apariencia envidiable.

¿Cómo hace para verse tan bien todo el tiempo? Tendré que mirar que productos de cuidado facial que usa.

— Parece pregunta de entrevista de trabajo — se burló a lo que yo solo levanté los hombros — Si te soy sincero no tengo ni idea... digo tal vez siga trabajando haciendo cirugías, pero lo demás no sé — admitió.

Quiero que vea a su madre, no quiero que después de muerta se cuestione y se reproche por lo que pudo hacer.

— ¿Has pensado sobre lo de tu madre? Digo no quiero presionarte, pero tampoco quiero que dejes pasar el tiempo cuando luchar contra una enfermedad no es fácil porque cuando lo quieras ver ya no estás entre los vivos — una parte de mí quisiera que mi madre estuviera viva, que hubiese luchado por ella y dejará esa vida, pero no puedo elegir cambiar algo que ya pasó, algo donde yo no tenía poder — ¿Y si en 5 años ella no está? O tal vez puede ser meses lo que le queda... creo que deberías darle una oportunidad las personas se equivocan todo el tiempo — dije.

Este detuvo el auto, desde la ventana podía ver la playa, hace mucho tiempo que no iba a una. Seonghwa se quitó el cinturón y me miró tratando de encontrar las palabras correctas.

— Es difícil porque cada vez que la veo recuerdo sus palabras llenas de odio que me deseaban hasta la muerte ¿Crees que me merecía todo eso solo por no estar interesado en las chicas? Durante mucho tiempo me sentí culpable por ser como soy, pero ahora simplemente los odio a ellos por hacerme sentir así — me confesó lleno de ira y tristeza.

Me quite el cinturón y coloque mi mano encima de la suya, lo entiendo, pero tengo que ser objetivo.

— No te pido que los perdones, ellos se equivocaron y son ellos los que se tienen que disculpar, pero tampoco te pido que te dejes llevar por el resentimiento porque tú más que nadie sabes que nadie es perfecto y que a veces somos unos imbéciles, recuerda como trataste a Seungmin ¿El se merecía eso? Claro que no, pero tú solo lo lastimaste con tu rechazo y palabras cuando él no te había lastimado — sé que el tema de Seungmin es un tema sensible, pero quiero que sepa que todos merecemos otra oportunidad — No te recuerdo esto para lastimarte, te lo recuerdo porque quiero veas claramente que todos merecemos ser escuchados, tu madre necesita eso... al menos darle el espacio para hacerlo y si no te convence bueno simplemente déjala de lado, pero al menos inténtalo para que luego no te arrepientas — le pedí.

Mi madre murió y nunca la fui a ver al cementerio, no me atrevo porque hay un niño en mi interior que está destruido, roto y lastimado.

— Si decido intentarlo ¿irías conmigo? — pregunto.

Asentí de inmediato.

— Soy tu amigo, estoy aquí para ti, dispuesto a tirar piedra si es necesario — dije seguro.

Este sonrió antes de invitarme a salir del auto.

— Eres muy bueno Sunno — me halago.

Lo sé, debería ser motivador personal.

— En todo — dije orgulloso mientras admiraba la bella noche — La última vez que vine a una playa tenía 6 años, solo vine porque mi padrastro iba a comprarle droga a un tipo a una playa... en serio a veces desearía no tener tantos recuerdos tan lamentables — expuse con sinceridad.

Seonghwa se acercó a mi espalda y apoyo su cabeza en mi hombro antes de envolverme en sus brazos.

— Creemos buenos recuerdos para que los viejos solo sean parte del baúl del olvido — me propuso.

Asentí, quiero eso realmente quiero olvidarme de muchas cosas.

— Vamos a meternos al agua — expuse emocionado al ver que no había nadie a nuestro alrededor.

Estaba solitario así que me comencé a quitar la ropa para quedar en bóxer.

— El agua debe estar fría — dijo Seonghwa con duda.

Me acerqué a él y comencé a desabotonar su camisa.

— No seas gallina, vamos — lo reté.

Este rodó los ojos y continuo por sí mismo a quitarse la ropa. Fui el primero en sumergirme en el agua fría que se movía de apresuradamente en forma de olas violentas.

— Métete rápido no lo pienses — le pedí al ver que dudaba.

Al igual que yo solo estaba en ropa interior aunque a diferencia de mi este lucía un cuerpo muy ejercitado y marcado.

— ¡Está muy fría! — se quejó cuando su cuerpo provo el agua en su totalidad.

Me acerqué a este y me sorprendí al ver una gran cicatriz en su pecho. La comencé a tocar y la textura era muy similar an mis cicatrices.

— ¿Cómo te la hiciste? — pregunté.

Seonghwa agarró mi cintura acercándome a él porque las olas me quería arrastrar.

— Cuando estaba joven conocí a una chica que se llamaba Yuna, ella era... muy loca la verdad y siempre terminaba envuelto en sus locuras, tuvimos un pequeño accidente y la cicatriz es un recuerdo de ello, al principio no me gustaba, pero cuando ella murió sentí que me quedo una parte de ella para toda la vida ella — expuso con nostalgia.

Nunca me había fijado en esa cicatriz, pero ahora me hacía sentir un poco de envidia.

— Me gustaría sentirme bien con las marcas y cicatrices de mi cuerpo, pero cada vez que veo mi reflejo en un espejo siento ganas de vomitar porque cada cicatriz esconde algo que no quiero recordar — confesé por primera vez.

No me gustan los espejos, los detesto porque me recuerdan al niño frágil que nunca pudo salvar a su madre.

Seonghwa me arrastró consigo hasta la orilla de la playa, nos sentamos en la arena y el hombre de ojos grises sostuvo mi mano acariciando con delicadeza las cicatrices y quemaduras de mis brazos.

— Eres muy fuerte, valiente y bueno, eso es lo que representa cada cicatriz, la pureza de un niño que se mantuvo firme aún entre tantos demonios — acercó su sus labios a mi brazo y reparto varios besos en cada cicatriz que encontraba en mí — Cada una esconde algo triste es verdad, pero no dejes que eso te impida amar todo lo que eres — me pidió.

¿Por qué su toque me hace sentir aliviado? ¿Por qué siento algo dentro de mí comienza a sanar? No entiendo cómo eso se puede lograr.

— Si te sigues comportando así capaz y te devoró — bromeé tratando de disimular lo bien que me sentía con sus acciones.

Pelirrojo en llamas³ - ChaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora