Pelirrojo en llamas³ - Chanin

31 - Muerto de hambre

Seonghwa

Subí a la habitación de mis padres recordando con cierta melancolía los alrededores de la casa, me dolió salir de aquí pero si hubiese seguido aquí nunca hubiese logrado ser quien soy.

— ¿Puedo pasar? — pregunté mientras daba unos golpes a la puerta.

Escuché la respuesta afirmativa a mi respuesta así que decidí abrir la puerta, ahí estaba sentada mi madre apretando con fuerza el cabello en sus manos.

— Quería verme fuerte y feliz porque hoy después de tanto tiempo tendré a mi familia junta pero... soy un desastre, comencé un nuevo tratamiento y solo quiero dormir y vomitar — se quejó mientras yo me acercaba a ella — Amaba mi cabello y ahora tengo que ver cómo todos los días se cae, no quiero usar pelucas ni tampoco que los demás me veas así de lamentable ¿Por qué esto me tiene que pasar a mí? — expuso con enojo.

Mi madre amaba peinar su cabello largo recuerdo que ella era feliz cuando hacía esto, amaba que los demás la halagaran por su hermosa cabellera.

— No te ves lamentable, el cabello vuelve a crecer así que... — me interrumpió.

— No creo que logré vencer esto Seonghwa, siento que esto es más fuerte que cualquiera cosa y tengo la necesidad de hacer las cosas bien porque el tiempo se agota — admitió.

Sentí un dolor en mi pecho, no quiero perderla no está forma tan definitiva.

— ¿Cuánto tiempo queda? — pregunté sintiendo la punzada en mi pecho.

Quisiera hacer varias preguntas pero mi orgullo no quiere mostrar la preocupación que siento ahora mismo.

— Con la quimio 3 meses o tal vez menos — admitió.

Ella trató de sonreír para tranquilizarme pero logro el efecto contrario.

— ¿Tienes una máquina para afeitar? — le pregunté cuando una idea loca cruzo por mi cabeza.

Si la vida es tan corta para ti intentaré que lo que te quede de ella no te sienta sola.

— En el baño pero... — no la deje terminar y me apresure a buscar está.

Cuando la encontré salí con estas en mis manos y la conecte.

— ¿Qué locuras piensas hacer? — me preguntó mi madre.

Coloque la rasuradora al 3 y la pasé por mi cabello sin dudar dejando que este se regara por el suelo y mi ropa.

— Estaremos los dos pelones y volveremos este corte tendencia ¿Verdad? — expuse animándola hacerlo.

Esta asintió y repitió mi acción con la máquina de afeitar.

***

— Estás lleno de cabello déjame ayudarte — dijo mi madre tratando de quitar el cabello que había quedado en mi cuello y camisa.

Llegamos a la terraza y los presentes que estaban en una conversación nos miraron sorprendidos al ver lo que habíamos hecho con nuestro cabello.

— Lo se nos queda más que genial estos cortes pero recuerden que está noche es de Yunho así que pasemos al comedor para comer las delicias que prepararon los cocineros — expuso mi madre.

Todos siguieron a esta, mi hermano se acercó abrazarla no sin antes halagar su belleza.

Tome a Sunno de la mano para que caminara a dentro conmigo.

— ¿Está todo bien? — le pregunté al ver que estaba algo pensativo.

No tengo que ser adivino para saber que algo paso cuando yo subí a la habitación de mi madre.

— Todo perfecto, me encanta tu nuevo corte hace que tus facciones se noten más, muy buena elección aunque repentina — dijo este Sunno.

Sé que algo lo estaba molestando pero decidí no insistir cuando llegamos a la mesa.

Los cocineros de la familia nos sirvieron la comida muy amablemente, cambie mi plato con el de Sunno al ver que le habían servido pescado.

— ¿Por qué? — pregunto Sunno.

Me acerqué a su oído para que él solo me escuchará.

— Sé que odias el pescado — susurré.

Este negó y volvió a cambiar el plato enojado.

— Puedo comerlo no hay ningún problema — expuso molesto antes de coger con la cuchara una enorme cantidad.

¿Qué pasa?

— Hijo ¿Y cómo vas con tu nueva inversión? Escuché por Yunho que está invirtiendo en una investigación de un chico muy inteligente que está tratando de crear una medicación menos dañina para una enfermedad — me preguntó mi madre.

Mire a Yunho y rodé los ojos con burla, siempre tiene que decirle an mis padres lo que hago eso es muy él.

— ¿Amor, ese es el mismo chico que estaba saliendo con Seonghwa y que era de los mejores en la universidad en la que estudiaste? — le pregunto la esposa de mi hermano a este.

Sus palabras solo hicieron que Sunno comiera más de su comida como si quisiera ahogarse con esta.

— Si, JunHan tengo algunos amigos que fueron profesores de ese chico y no dejan de hablar maravilla de él, seguro lograra sacar su investigación a un nivel impresionante y ganará mucho dinero — expuso mi hermano orgulloso.

¿Por qué tenemos que hablar de mi ex en la mesa?

— ¿Saliste con un chico así? No entiendo cómo lo dejaste ir — comento mi padre.

Lo miré sorprendido ¿Espera que carajos acabas de decir si eres el primero que rechaza que esté con hombres? No entiendo que tratas de hacer.

— Mi vida amorosa no es un tema que quiero debatir contigo así que mejor cambiemos de tema — pedí un poco fastidiado.

Mi padre me miró con típica sonrisa de superioridad.

— No quieres hablar de eso conmigo — soltó una risa falsa antes de seguir hablando —  Jooyeon, Jiseok, Jungsu, Gunil, Seungmin y la lista de nombres sigue porque además de ser homosexual eres tan atrevido que te cuestas con los hijos de conocidos de la familia, así que si no quisiera que habláramos de esto no entiendo por qué vas por la vida como si fueras una puta que daña el apellido de esta familia, en verdad eres incapaz de tener algo serio con alguien porque... — el pelirrojo a mi lado lo interrumpió.

— No se atreva a juzgar a Seonghwa porque realmente no lo conoce, a la mierda si se ha acostado con medio mundo es su cuerpo y él verá lo que hace, pero no por ello es mala persona, usted si porque saco a su hijo de su vida solo por mantener una imagen social supuestamente correcta — expuso Sunno enojado.

Nunca nadie me había defendido y sentía por primera vez que alguien no me juzgaba por mi pasado.

— Niño me das lástima mírate por más que te esfuerces siempre serás un muerto de hambre que busca a otro hombre con el fin de no morir sin dinero — expuso con burla. Me levanté de la mesa y cogí mi jugo y se lo tiré en la cara con enojo.

— Dime lo que quieras a mí pero con Sunno no te metas — le advertí — Lo siento mamá, lo siento hermano pero nosotros nos vamos — expuse decido antes de arrastrar a Sunno conmigo.