40 - Eres mi juguete

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‼️ Advertencia contenido delicado el cual no tiene ninguna intención de romantizar el abuso ‼️

James

Saber que estás a punto de cometer un error y aún querer hacerlo... no medir las consecuencias solo querer vivir el momento porque te lo mereces cuando has sufrido tanto, mereces tener un instante dónde el arrepentimiento se traslada a la noche siguiente.

Me mire en el espejo por última vez asegurando que mi cabello no estuviera desordenado, guarde mi celular en mi bolsillo.

— ¿A dónde crees que vas? — cuestionó Sangha desde el marco de la puerta.

Subió la ceja y me miró de arriba para abajo antes de acomodarse las gafas, a muchas chicas este chico es la mezcla perfecta de un nerd con físico de modelo de revista... es una fantasía para ella mientras que para mí es la más grande de mis pesadillas.

— Voy a comprar zapatos nuevos para jugar básquet porque los míos ya no me gustan — mentí guardando mi billetera en mi bolsillo.

Le tengo miedo y asco de solo recordar lo que me hizo la última vez siento que puedo vomitar. Mis manos tiemblan y mi boca se reseca.

— Odio las mentiras y lo sabes — expuso mientras se acercaba a mí con esa sonrisa que solo me revolvía el estómago.

Retrocedí casi de forma inconsciente tratando de evitar que me tocará.

— Es la verdad yo... — me agarró de la barbilla con fuerza y me miró enojado antes de tirarme a mi cama con brusquedad.

Me queje ante su violento acto, pero este no me dejó hablar coloco su mano en mi boca para silenciarme.

— Golpearte era divertido porque te colocaba en el lugar indefenso en el que has estado toda tu vida — comenzó a susurrar en mi oído, yo no luchaba con alejarlo porque si lo hacía me iría peor y ahora solo quiero que me deje para poder ver a Mingyu — Solo porque tus padres tienen dinero es que todos se olvidan de eso, no eres nadie sin los billetes en el bolsillo y eso te lo tengo que recordar toda la vida para que no olvides quien eres — comenzó a quitar los botones de mi camisa.

— ¿Qué vas a hacer? — Lo miré asustado de lo que podía hacer, prefiero que me golpeé.

— Eres mi juguete y eso nunca va a cambiar — traté de quitar sus manos de mi cuerpo, pero este lo evitó colocando mis manos encima de mi cabeza para que no me moviera — Por eso antes de irme le recordaré a tu cuerpo a quien debe obedecer — quitó su mano de mi boca y me miró como si fuera una bestia a punto de comerse a su presa.

Bajo sus manos a mi pantalón y lo bajo junto con mi bóxer de forma brusca, saco su cosa de sus pantalones y la coloco entre mis muslos comenzando simular embestidas.

Mis lágrimas comenzaron a salir por lo sucio que me sentía al ver lo excitado que este estaba de complacerse con mi cuerpo, quería vomitar y gritarle que era un monstruo, que me dejara en paz una vez por toda, pero no tenía la suficiente valentía.

Repetía en mi mente una y otra vez que se detuvieran y se fuera, pero esas palabras solo se quedaron en mi mente porque nunca salieron de mi boca, tape mis ojos tratando de pensar que pronto todo acabaría, pero el tiempo se hizo infinito hasta el punto que mi cabeza dolía.

— Espero que recuerdes con eso, a quien le perteneces — susurro en mi odio antes de llenar mi cuerpo con su asqueroso semen.

Me sentía una completa basura y cuando él se acomodó la ropa y me dejó en mi habitación destruido, no pare de llorar y golpearme a mi mismo por ser un cobarde.

— ¡No te pertenezco! — grité golpeado mi cabeza contra el suelo dónde había quedado
luego de tanto moverme en la cama.

Quiero morir, no quiero vivir en una vida donde ese imbécil este, no quiero.

— ¿Qué carajos te pasa? — pregunto mi hermana entrando al cuarto.

Esta me miró por primera vez en su vida preocupada, se acercó a mí y me miró asustada al ver que en sus manos había quedado un poco de sangre que salía de mi
cabeza y nariz.

— ¡Estoy harto yo-oo.. odio esto! — dije abrazando mi propio cuerpo que estaba desnudo de la cadera a los pies.

Odio no tener la suficiente fuerza para detenerlo, quiero dejar de ser débil, quiero dejar de sentirme cansado.

— ¿Qué pasa? — pregunto intentando acercarse a mí.

Me alejé recordando el toque del tipo que me ha destruido toda mi vida con golpes y abusos.

— ¿En serio te importa? No me-e quieres-s y nunca me has querido para ti todo-o...
sería mejor si-i papá nunca-aa me hubiese adoptado-o... — por qué claro que sé que no pertenezco aquí.

Lo supe desde pequeño, pero no dije nunca nada por qué quería mantener una realidad en mi cabeza en la que había algo bien, dónde algo no estaba roto por culpa de Sangha.

— No tenemos una buena relación y detesto que ocupes el lugar que merezco, pero nunca sería capaz de dejarte así vamos al médico — se acercó a mí y me ofreció la mano.

Limpie mis lágrimas y me negué a recibir su mano me levanté intentando buscar algo para ocultar mi desnudes, pero mi cabeza dolía y todo daba vuelta.

— Lárgate, déjame solo, con tal eso es lo que has hecho toda vida — susurré tratando de mantenerme de pie.

El dolor de cabeza se volvió agudo y las ganas de vomitar aumentaron hasta el punto que tuve que apoyarme a la pared para no derrumbarme.

— No seas un pendejo déjame llevarte a un médico — me regaño.

Se intentó acercarse a mí e intenté alejarla, pero solo logré caerme al suelo, mi cabeza dolía tanto que cerré los ojos y todo lo demás se comenzó a volver borroso.

Pelirrojo en llamas³ - ChaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora