49 - Conejito, dulce y tierno

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Mingyu

— ¿Hermano está seguro que puedes cuidarlo? Si quieres puedo llevarlo a mi casa y... — interrumpí a Seonghwa que estaba decido a no dejarme una carga a mí.

— Brother no te preocupes sabes que me gusta ayudar siempre, además tu chico y tú se ve que quieren coger ¿Qué sería yo si no te ayudo con esto? — expuse con tranquilidad.

Seonghwa se ve feliz y tranquilo con ese pelirrojo, y si mi brother es feliz yo lo soy.

— Hermano eres el mejor, te debo una — dijo Seonghwa feliz.

Pagaría por seguir viéndote tan emocionado como lo estás ahora, te deseo las mejores cogidas y que tu amiguito de fuerza hasta el amanecer.

— Para eso estamos los hermanos, ahora vete y yo me encargo — dije decido.

La mayor parte de mi infancia la viví en un orfanato así que cuidar de lo demás no es nada nuevo para mí, me gusta hacerlo siento que eso calma un poco mis demonios.

— Eres el mejor — expuso Seonghwa con felicidad.

Pobre pelirrojo, mañana no podrá sentarse. Seonghwa salió de la habitación y supuse que de ahí en compañía de Sunno se fue para su casa o cualquier lugar para coger.

Mire al chico que estaba cambiado con una de mis pijamas y que estaba lleno de banditas para sus heridas superficiales ¿Cómo llego a este punto? Su cabello color arena estaba desordenado, sus ojeras estaban inflamadas y oscuras como si llevará mucho tiempo sin dormir, se veía muy delgado como si no se alimentará bien, pero bueno... ¿Quién soy yo para criticar su físico? Debe haber una historia trágica detrás de esto.

Me acerqué a este para revisar su temperatura, le estaba comenzando a bajar la fiebre gracias al medicamento que Seonghwa hizo que este se tomará a la fuerza, su cara tenía un moretón morado en su mejilla y sus labios estaban inflamados y rojos.

Aunque tengo que reconocer que todo lo que mencioné anteriormente no le quita lo atractivo, es muy lindo y si tal vez lo hubiese visto en una fiesta hoy estaría en mi cama y no precisamente durmiendo.

— Estoy enfermo — me regañé a mi mismo al darme cuenta lo que había pensado. El chico está enfermo y además seguro le gustan las chicas, tengo que dejar de sexualizar a todos los chicos.

Me sobresalté cuando el chico a mi lado aún con los ojos cerrados jalo mi brazo tomando este como si fuera una almohada que podía abrazar, la posición me incomodo así que decir acostarme a su lado y dejar que este me abrazara a mí mientras dormía muy tranquilamente.

— Estás a salvó ya esos tipos no te volverán a golpear más — dije mientras acariciaba su cabello.

Este inconscientemente me abrazo más fuerte. Por ese simple acto decidí apagar las luces con mi celular porque si todo lo que está en mi apartamento se puede controlar con mi celular, hasta el microondas.

***

Abrí mis ojos en medio de la oscuridad de la habitación al sentir toques en todo mi cuerpo que parecían quemar mi piel de lo caliente que se sentía, el chico que antes estaba abrazándome estaba encima de mí besando mi cuello y tratando de quitarme la camisa.

— ¿Qué haces? — pregunté preocupado agarrando sus manos para detenerlo, está ardiendo en fiebre.

Este me miró fijamente con sus ojos azules como si mis palabras fueran crueles junto con el toque que ejercía para evitar que me siguiera tocando.

— Es mi sueño ¿Por qué nunca te puedo hacer lo que yo quiera? — expuso haciendo un puchero que me dio ternura.

Me senté en la cama con él en mi regazo, solté sus manos con delicadeza no quiero lastimarlo ni aprovecharme de alguien que está en esta condición.

— Pareces un conejito a punto de llorar... eres muy tierno — admití acariciado su mejilla que había sido lastimada — No puedo permitirte esto conejito, tienes fiebre y crees que soy otra persona así que mejor voy por medicinas y toallas para calmar... — me interrumpió con cierta molestia en su cara que solo meme daba ternura.

— Eres Mingyu, el jugador básquet número uno de esta época, el mejor jugador de todos, sé quién eres y es mi sueño déjame hacer lo que yo quiera — trato de imponer con seguridad, pero solo me parecía aún más tierno.

Aunque supiera quien soy, no puedo, no es correcto.

— No puedo conejito no soy de los que hacen este tipo de cosas cuando las personas están en un mal estado — dije con seguridad.

Este cruzo los brazos molesto e hizo un puchero.

— Ni en mis sueños puedo tenerte, odio esto — exclamó enojado.

No puedo dejarlo así... mañana me arrepentiré de esto.

— Mírame — le pedí, este me obedeció aun cuando sus mejillas y orejas rojas por la fiebre — No puedo cruzar algunos límites, pero si te puedo dar un beso, ven acá — quería que se acomodara mejor en mi regazo.

Este obedeció contento y acercó aún más su rostro con el mío.

— Yo no te besaré, tú lo harás — le expliqué.

Así no me sentiré tan culpable. El chico que para mí parecía un conejito tierno cerro los ojos y chocó con mi nariz al pegar sus labios con los míos tan rápido, esperaba que se moviera, pero no lo hizo.

Me separé de este y él seguía con los ojos cerrados y los labios extendidos, se veía tierno, dulce e inocente ¡Mierda, no me puedo resistir ante esto! Quiero más.

— Abre los ojos — le ordene, este obedeció y me miró con vergüenza — ¿Para ti eso es un beso? — le pregunte.

Este asintió, toque con labio con lentitud apreciado lo bien que se veían mis dedos en
su boca.

— Si, así son los besos de los doramas que me veo y... — lo interrumpí metiendo mi dedo en su boca, este se sorprendió al igual que yo al sentir su lengua caliente tocar mi dedo sin querer.

— Eso no fue un beso conejito ¿Quieres que te enseñe que es un beso de verdad? — expuse con travesura y como respuesta él asintió aún con mis dedos en su boca.

Comencé a sacar mis dedos de su boca mientras me acerca a él, acaricie su nariz con la mía mientras sentía un toque sutil de sus labios contra los míos, este se apegaba más a mí buscando más contacto entre nuestros ansiaba lo mismo que yo, pero justo cuando iba a cumplir nuestro deseo la alarma que había colocado para darle su medicamento sonó.

Pelirrojo en llamas³ - ChaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora