53 - No soy un chico fácil, conejito

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James

Este se alejó y cogió varias cosas, las coloco a un lado de mí antes de traer un pequeño banco y sentarse detrás de mí.

— No soy un chico fácil, conejito — susurro cerca de mi cuello.

Me mordí el labio tratando de contener mi nerviosismo, quería verlo pero si lo pedía creerá que soy un pervertido.

— ¿No te vas a bañar conmigo? — pregunté.

Este cogió la pequeña regadera que había a un lado de la bañera y comenzó con mucho cuidado a mojar mi cuello para ir subiendo hasta mi cabello.

Por debajo del agua jugaba con mis manos con nerviosismo y cuando esté levantó mi barbilla para que mirara para arriba para mojar mejor mi cabello, nuestros ojos se encontraron y ese preciso instante sentí que todo dentro de mi era un caos.

— Te ayudaré a bañarte, colocaré las cremas que Seonghwa dejo para tú moretones y heridas — me explico acariciando mi cabello con delicadeza.

¿Por qué haces todo esto? Yo no merezco nada de esto.

— ¿Por qué eres tan bueno conmigo? — pregunté bajando la mirada haciendo que el agua caliente corriera por mi rostro.

Si los demás me tratarán como lo estás haciendo mi historia no sería tan lamentable.

— ¿Y por qué no tratarte bien? No sé por lo que estás pasando, pero no olvides lo que te diré — pidió levantando nuevamente mi rostro — A veces nos rodeamos de tanta mierda que el olor comienza a no molestar, hasta puede que te olvides de que existe, pero tienes que abrir los ojos y todos los sentidos porque hay muchos olores en el mundo así que no te conformes y te acostumbres a lo peor porque si lo haces te conviertes en mierda ¿Entiendes? — cuestionó antes de quitar su mano de mi rostro para aplicar champú en mi cabello.

Claro que entendía, toda mi vida he recibido malos tratos de Sangha hasta el punto que me acostumbré y creo que no merezco algo mejor.

— Sí... pero no es fácil salir de la mierda cuando llevo 18 años en ella — expuse
abrazándome a mi mismo.

Quisiera tener el valor de decirle a mis padres, pero tengo vergüenza de aceptar todo lo que ese tipo me ha hecho.

— Siempre hay una salida conejito aun cuando todo parezca perdido siempre hay una forma de escapar — dijo mientras jugaba con mi cabello hasta volverlo espuma. Los detuve y me volteé, es ahora o nunca.

— ¿Por qué me dices conejito? — pregunté sosteniendo sus manos llenas de espuma.

Este sonrió y se acercó más a mí haciendo que todo mi cuerpo temblará.

— Cuando era pequeño me encontré un conejito en callejón, todo sucio y lastimado, pero aún en medio de todo me parecía la cosa más tierna del mundo... tú me recuerdas a él — admitió mirándome con tranquilidad como si no le preocupara tener a un desconocido en su baño desnudo y herido — Aunque mi pequeño conejo no duró mucho porque un vagabundo lo mató para comérselo — dijo con tristeza.

Solté sus manos y acaricie su mejilla de forma impulsiva, cuando nuestros ojos se encontraron me dio vergüenza y aleje mi mano pero este se apresuró a agarrarme la mano para colocarla nuevamente en su rostro.

— Pero tú no eres ese conejito, eres fuerte lo sé porque aún con todo tu cuerpo lastimado sigues intentando levantarte y créeme que muy pocos hacen eso, no nos conocemos en nada pero si esto te sirve de algo sea lo que sea que estés pasando no dejes que te quite esa hermosa sonrisa que tienes — me pidió sosteniendo mi mano con delicadeza.

Pelirrojo en llamas³ - ChaninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora