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—J-jeongguk…

Por tercera vez en aquella fría madrugada, pudo sentir el rudo y fuerte azote a su sensible y rojiza piel a la vez que una estocada lo hacía golpear su frente contra el colchón de la cama, aquella donde difícilmente se aferraba y trataba de mantenerse sobre sus rodillas. Un gemido se ahogó en su garganta cuando la enorme polla del alfa clavó con excelente puntería hasta llegar a su dolorosa próstata, haciéndole al instante delirar y hundir su rostro en la sábana.

JungKook por su parte tomó con fuerza las caderas del omega, permitiéndose con la otra mano darle una profunda y elegante calada a su cigarrillo, admirando la bella imagen frente a sus narices; la bendita imagen de su omega dispuesto y entregado exclusivamente para él.

—¿Te han dicho que eres encantador, dulzura? —cuestionó el alfa en medio de la nada, sonriendo arrogante a la vez que volvía a darle una profunda calada a su cigarrillo para después aventarlo lejos de la cama, ahora saliendo del omega para voltearlo en su mismo lugar, dejándolo bocarriba para él, tomándole del mentón —Si te lo han dicho últimamente podrían haber problemas, eh —elevó una ceja, conteniendo aún el humo en sus pulmones —, me has permitido ser el único en tenerte de esta forma, y si en algún momento alguien tuviese la estúpida idea de querer tenerte sin que tú desees… —le abrió la boca al omega, soltando finalmente el humo en su boca, donde el cuerpo del omega tembló por puro instinto a la vez que sus ojos brillaban en deseo, tragando todo el humo depositado en su boca —, ten por seguro que lo mato, ¿me oyes, dulzura?

Una estocada.

—¡Oh, Dios lobo!

JiMin hizo su cabeza para atrás cuando JungKook nuevamente se hundió de forma improvista y ruda, incluso apretando los ojos a la vez que abría la boca a falta de aliento, la misma que el alfa se dedicó a devorarla y besarle con una inimaginable pasión. No había mínima parte de su cuerpo que no había sido explorada por los labios del alfa, tampoco podía deducir de dónde mierda había conseguido tanta resistencia para tolerar las dos seguidas horas en las que el alfa se dedicaba a follarle.

Desde el encuentro en el baño, ambos se habían vueltos más cercanos de lo que ya eran. Ambos desayunaban juntos, se ejercitaban juntos, incluso habían existido veces donde se sentaban plácidamente a platicar largas horas, y ahora no había vuelta atrás, no podían negar lo innegable.

Aceptaban sus sentimientos.

—J-jeongguk… Jeongguk… oh, maldita sea…

El cuerpo del omega avecinaba agotarse finalmente, y tal parecía que el cuerpo del alfa también. JiMin podía sentir cómo su interior poco a poco se llenaba con el nudo del alfa, porque incluso JungKook comenzaba a gemir tosco en su boca, dando a entender que su orgasmo de igual forma se aproximaba. El omega aprovechó y enredó sus piernas en la cadera del alfa, al mismo tiempo colgándose de su cuello para guiarle a su cuello, dándole la clara y obvia visita de que le mordiera como la vez pasada.

JiMin nunca antes lo había experimentado, ni siquiera con Taeyang. Pero el ser mordido a la vez que eres llenado era algo definitivamente imposible de describir. Sólo sabía que el cielo viajaba a su cabeza y el infierno malditamente se plantaba en su interior, ambos mundo fusionándose hasta hacerlo sentir como nunca antes lo hicieron sentir.

Y ahora mismo sucedía, el alfa se había hinchado en su interior, obviamente y de igual forma mordiendo sin tanta fuerza la piel del omega.

Pero ahora había algo diferente.

—Ouch, ouch… d-duele —JiMin se quejó, rápidamente elevando un poco la cabeza para mirar sus caderas entre su cuerpo y el del alfa, notando sangre en su piel.

"ʙʟᴀᴄᴋ ᴄʜᴇʀʀʏ" → [ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora