Capítulo 8 | Elegir

87 6 6
                                    

Hipo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hipo

Vi como Flynn se alejaba arriba del oso negro cambia formas. Me había dado una paliza y hasta yo sabía que se contuvo. Juro que al principio solo quería hablar con él, darle el beneficio de la duda, mi confianza; en serio esperaba y quería que me dijera que nada era cierto, que la nota era falsa, que lo habían inculpado, tal vez que lo habían secuestrado mestizos, pero no. De inmediato me habló con honestidad; todo lo que había hecho, los mestizos que había salvado y ayudado, todo lo que había robado, ocultado y traicionado. Y dejó todo lo bueno, por amor, según él.

Nos habíamos golpeado, respirábamos cansados y él sangraba un poco.

- ¡Por favor, Hipo! Sé que tú, de todos en el mundo mágico, podría entenderme. -

- ¡¿Qué quieres que entienda?! ¿La traición? ¿La relación con Mestizos? ¡¿Qué lo haces por amor?! –

- ¡¿Alguna vez te has enamorado?! –

Me gritó. Sé que mi expresión cambió, no sé a cuál, estaba confundido. El tono de Flynn bajó y trató de seguir hablando conmigo.

- Debes entenderme, Hipo... porque sabes cómo me siento. Estoy seguro que harías lo que sea por ella. –

A partir de ahí me bloqueé, solo ataqué a lo tonto y logró vencerme.

Esa noche regresamos derrotados a Berk. El conflicto se había escuchado en todo reino para esa hora. Nos quitamos los cascos y nuestro pueblo solo nos observaba; había murmullos y nos juzgaban.

- ¡Hijos! –

- Ahora no, papá. –

Le contesté y pasé de largo para entrar a casa. Algunos se sorprendieron de mi actitud, pero en serio no quería hablar con nadie. Había perdido una batalla, mi padre estaría decepcionado, Jack seguía algo molesto conmigo que había ido al mundo humano sin mí y por último la traición de mi mejor amigo Flynn Ryder.

Me quité la armadura con furia, quedó regada por todo mi cuarto, me acosté y no salí de mi silencio en toda la noche. Parecí un vampiro, en la oscuridad, empecé a pensar en todo lo leído del mundo humano. Decidí apagar mi cerebro; todo en blanco, todo en paz y dormir.

-----

Era temprano en la mañana, nadie me había visto salir, me fui antes de que todos despertaran. Estaba en el lago de fuegos fautos; desde que volví a ir ese día con mi mamá sentía que ese lago me quitaba demasiado peso de encima, el agua se llevaba mis problemas.

Nadé un rato hasta que el brillo del lago bajó y la luz del día se hizo más potente; salí del agua y me ponía mi ropa seca cuando escuché un delicado susurro; no era claro lo que decía, pero buscaba de donde provenía. Giré y observé a todas partes, hasta que la vi. Seguramente tuve los ojos tan abiertos que alguien podría burlarse de mí; estaba justo frente a mí una luz mágica, un fuego fauto; flotaba frente a mi como si también estuviera observándome.

Sangre MestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora