Capitulo 9 | Paz y felicidad

83 6 2
                                    

Merida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Merida

¿Qué pasaba por mi cabeza? No lo sé; cosas coherentes no, definitivamente. Pero gracias a los dioses que no lo pensé y solo actué.

Hipo y yo seguíamos besándonos, no nos importó la lluvia, ni la hora, ni ningún otro pensamiento de mi cabeza que generara o cuestionara. Si eso estaba mal ¿Qué me importaba?

Acaricié su cabello, él tomó con fuerza mi cintura y movíamos nuestros labios uno sobre el otro; fue perfecto, él era perfecto. Solté su cabello y dejamos de besarnos; sostuve su rostro Hipo aun me sostenía de la cintura con sus brazos completos me rodeó y me encantaba como no dejábamos de vernos a los ojos.

- No tienes idea... de cuanto quería esto, Merida. –

Me dijo.

- ¿Y por qué te detuviste antes? –

Pareció meditarlo un poco. La verdad es que necesitaba saber si había algo que le impidiera estar conmigo, que estuviéramos juntos. Mi alrededor ya era un caos, pero al menos podría tener una vida en el mundo humano y eso, podía implicar a Hipo, quería que así fuera, pero también había una posibilidad de que no.

- Me sentí... algo hipócrita, Merida. Por eso me detuve. –

- ¿Hipócrita? ¿Por qué? –

- Hace unos días... le reclamé a alguien que hacía locuras por amor y yo... yo estoy haciendo lo mismo. –

Eso me sorprendió y demasiado. Hipo y yo no nos conocíamos tanto, pero de alguna manera habíamos conectado mucho. La verdad es que sí sentía algo fuerte por él; no quería llamarlo amor, no tan pronto, pero que dijera "hacer locuras por amor" fue algo que me encantó y lo entendía, más de lo que Hipo pudiera saber.

- Y... hacer locuras por amor... ¿Está mal? –

- No... no, no lo sé. No voy a mentirte, Merida, no quiero hacerlo. -

- De acuerdo. –

Le presté atención.

- Quiero esto, en serio te quiero a ti, pero... sí, sí es complicado. –

- ¿Puedo preguntar, por qué? –

- Solo... dame tiempo y sabré que respuesta darte. –

Asentí y le sonreí. Trataría de entenderlo; tal vez lo detenía el que no viviera en Storybrooke, en algún punto debía irse ¿No? Además, que conozco a Jack y conozco esa actitud, no estaba de acuerdo sobre nosotros dos juntos, no sabía el por qué, pero siendo su hermano creo que podía entenderlo.

- Entonces... bueno... -

- ¿Qué pasa? –

Lo vi con algo de duda, me sonrió y me habló de forma divertida.

Sangre MestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora