Capítulo 14 | Perder

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Merida

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Merida

No sé por cuanto tiempo huimos, tuvimos que recorrer demasiado terreno. Raya estaba cansada y herida; Hiro la sostuvo como pudo. Seguí a Tadashi viéndolo en el cielo, pero los dragones que había visto, antes de salir corriendo, nos siguieron; si ellos estaban detrás de nosotros más guerreros no tardarían en seguirnos igual.

- ¡Tadashi! -

Hiro gritó. Me detuve para observar que pasaba; los dragones nos habían alcanzado y atacaban en el aire. Raya y Hiro bajaron de mi lomo.

- Necesitamos irnos rápido. -

Dijo Raya. Volví a mi forma normal.

- Tenemos que encargarnos de ellos para poder escapar. -

- Hay que reunirnos, los sacaré de aquí, Mer. -

- ¿Cómo? -

Levantó su manga izquierda y rompió una pulsera de piedras brillantes, al hacerlo una enorme esfera brillante apareció en sus manos.

- Un regalo del Norte. Es una esfera que nos puede transportar lejos, pero hay que cruzar juntos. -

Vi al cielo, Tadashi, Flynn y Rapunzel trataban de defenderse lo mejor posible.

- De acuerdo. Tenla lista. Hiro, ven conmigo. -

Subimos a la copa de un árbol.

- Distraeré a los dragones, cuando lo haga debes transformarte. Ayuda a todos a bajar y reunirlos para contarles el plan. -

- ¿Y tú? -

- Los alcanzo, tranquilo. -

Asintió y nos movimos. Preparé una flecha, era de luz; apunté y disparé; de inmediato tuve la atención de los dragones. Eran cuatro de ellos y todos venían por mí; supuse que yo era el premio mayor, la hechicera oscura.

- ¡Ahora! -

Le grité a Hiro mientras saltaba en las ramas para que me siguieran. Un poco mas adelante me detuve y me escondí detrás de un árbol. Preparé de nuevo mi arco, me pasaron de largo y volví a disparar flechas de luz para distraerlos; pero uno volteó y continuó volando a mi dirección. El dragón azul brillante levantó su cola y me atacó con púas de su cuerpo, las esquivé con mucho trabajo y una pequeña se clavó en mi brazo.

- ¡Ah! -

Grité con dolor. Bajé unas ramas, otra flecha, apunté y le disparé. Logré darle en un ala haciendo que cayera.

- ¡Astrid! -

Escuché un grito. Vi arriba y una persona saltó hacia mí, supuse que era un dragón en su forma normal pues usaba partes de armadura de escamas. Fue molesto, me estaba empujando, golpeando y trató de quitarme el arco; era bastante fuerte, con cabello largo, barba y algunos tatuajes en los brazos; no me pareció haberlo visto antes. Logré tomar una flecha y romperla frente a él para que una cortina de humo lo cubriera. Cuando me soltó me moví a otra rama y pude ver a los demás dragones volar de regreso a mí. Me dolió el brazo, vi la herida y se estaba poniendo azul y morada.

Sangre MestizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora