Marginada, bastarda, impura, bruja y mestiza. Son algunas de las palabras que he escuchado toda mi vida.
El mundo mágico se rige por reglas tan antiguas como los mismos guardianes. La mas importante de todas, que criaturas como yo no existan.
A ve...
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Hipo
Agregué un libro más a la pila de la derecha; era la quinta biblioteca donde buscaba alguna respuesta o mínima información sobre marcas de dragones, pero nada útil, nada que me sirviera. Solo podía pensar que Merida estaba en peligro y era por mi culpa.
Esa tarde, esa perfecta tarde en el lago, todo había sido maravilloso y Merida me había hecho sentir como nadie más en el universo, pero crucé el límite. No pude controlar mi instinto por la excitación y marqué a Merida; mis garras salieron y le hice una herida atrás de su hombro izquierdo, un rasguño de tres garras. Fue oficial, Merida era mía cómo yo de ella de ese momento en adelante. Por suerte esa marca cicatriza rápido y parece que Merida no la ha notado, pero era cuestión de tiempo.
Otro más; cerré el libro con furia y lo coloqué en la pila de la derecha. Escuché como la puerta se abría, unas velas de mi mesa se apagaron por el aire que entró, aun así, continué leyendo.
- Si te ven cansado y desvelado en los siguientes días van a decir que somos horribles anfitriones. –
Elsa se acercó a la mesa y se sentó frente a mí.
- Sí... lo lamento. Es que todo el día estamos ocupados y... necesito encontrar algo. –
Ella solo asintió y tomó uno de los libros para observarlo.
- Y... ¿Por qué tanta curiosidad por marcas mágicas? –
- Yo... bueno... he visto muchas runas oscuras en todo este problema de la hechicera oscura. Así que pensé... -
- Entiendo. Crees que podrás saber mas de ella. –
Dejó el libro, pero no dejó de observarme.
- ¿Qué? ¿Acaso tengo algo raro en la cara? –
- Tienes... algo raro. –
- ¿Raro? –
- Raro bueno... te vez feliz. –
Me reí.
- Y... ¿Eso es raro? –
- No... pero no has compartido el porqué. Eso es lo raro. –
Solo le sonreí. Comencé a acomodar los libros que había leído, ella me ayudó.
- ¿Cuánto tiempo te quedarás en Arendelle? –
- Mi padre vendrá mañana. Es muy probable que me vaya con él, de hecho, creo que tú igual con tu padre. Iremos a la próxima reunión del consejo mágico. –
- Ah sí... es cierto, en DunBroch. Lo había olvidado. –
Continuamos acomodando libros hasta que la mesa quedó limpia, pero anoté los libros que me faltaban por leer.
- Gracias de nuevo por dejarme estar en la biblioteca del palacio. –
- Cuando quieras. –
Volví a sentir una ráfaga de aire, cuando volteé a la puerta de la biblioteca vi que estaba sin cerrar "Que raro. Seguro Elsa no la cerró." No le di importancia y continué anotando, vi que Elsa apagó varias velas a nuestro alrededor.