AYUDAME

Capitulo 2: Pelea

Aziraphell recorría de forma tranquila las calles con su maleta en mano, si bien tenia donde llegar, la caminata por la noche lo haría despejar la mente.

“¿Había hecho lo correcto, que consecuencias habría, que haría su abuelo al encontrarlo?"

Las preguntas azotaban la cabeza de Azira junto con el miedo a lo que su abuelo pudiera llegar a hacer cuando supiera su paradero, sin darse cuenta había llegado a su destino, aliviado, suspiro y sabia que no podría encontrarlo ya que nunca le ponía atención a su vida, mucho menos a sus amistades solo se limitaba a decir que no ensuciara el buen nombre de la familia.

Camino hacía la entrada pasando por el pequeño jardín delantero hasta llegar a la puerta, toco la misma y sin demora fue abierta por una joven dama de piel morena con cabello oscuro largo, rizado y anteojos.

-Anathema…- Fue lo único que pudo pronunciar Azira antes de ser aprisionado por un abrazo de la joven .

-Por un momento pensé que no lograste huir de ese lugar, me alegra equivocarme… pero entra no te quedes ahí te preparare un poco de cocoa y unos pastelillos.

Ana limpio unas lagrimas que derramo de felicidad sabia la situación de Azira desde hace tiempo y no dudo en ofrecerle alojamiento para salir de esa casa.

Los dos entraron directamente a la cocina donde ya estaba lista un plato de porcelana con diferentes tipos de pastelillos cosa que ilumino los ojos de Aziraphell, Ana sabia que la comida era la debilidad de su amigo y era de las cosas que mas disfrutaba aparte de leer un buen libro, ella siempre consentía de esa manera al chico que tenia de frente, para ella el era como el hermano menor que nunca tubo, ya que desde muy pequeña quedo huérfana.

-Newton esta alistado tu habitación, en cuanto le dije a new que vendrías a quedarte se apresuro a comprar cosas para que no te haga falta nada- Ana y New son pareja desde hace mucho tiempo, si bien Azira es amigo de Ana fue el mismo el que motivo a newton a declarársele a la joven y siempre a estado agradecido por tal acto. – o es cierto, casi lo olvido te quedaras al fondo espero no te moleste- dijo la joven preocupada que no le gustara tal decisión.

-¿Molestarme? … Ana haces mucho por mi, al contrario debería estar agradecido por dejarme quedar unos días pero ten por seguro que en cuanto encuentre un lugar me iré para no ser una molestia- dijo Azira antes de darle un sorbo a su bebida.

-Tu no eres una molestia corazón, nunca lo serás, esta también es tu casa y eres bienvenido el tiempo que necesites.- contesto la joven tomando su mano de forma protectora.

Casi tropezando con sus propios pies hizo aparición Newton, caminando hacia el chico para saludarlo espero a que se levantara para abrazarlo.

-Ya esta lista tu habitación Azira quieres que lleve tu maleta así puedes terminar de cenar en compañía de esta preciosa dama- se disponía a tomar la maleta pero fue detenido por Azira.

-No gracias ya as hecho mucho por mi Newton, no quiero abusar mas de su hospitalidad.

-Para nada, eres nuestro huésped y es lo menos que podemos hacer- replico newton tomando asiento a lado de su novia.

Pasaron los minutos y después de varios pastelillos, tazas de cocoa y una agradable platica, Aziraphell quería descansar, podría estar riendo y conviviendo con sus amigos pero nada podía borrar las palabras dichas por su abuelo, así que opto por ir a descansar deseando que el sueño le quitara los malos pensamientos, la pareja acompaño al angelito a su cuarto para después ir juntos al suyo, Azira los miro con un poco de envidia ya que el había amado pero no le fue correspondido sino al contrario, fue lastimado por esa persona que creyó especial, sus palabras fueron hirientes ya que lo acuso de raro por su aspecto físico por su cabello rubio casi blanquecino, su piel muy clara y sus ojos azules, aun teniendo un aspecto que muchos desearían, el se sentía horrible por su espeto un tanto afeminado, su leve sobrepeso pero sobretodo el rechazo de esa persona, desde ese momento pensó que el amor no era para el, lo único que se le ocurrió para sanar su corazón fue refugiarse en sus amados libros.