Capitulo 4: Trabajó

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Crowley dejo pasar unos días antes de empezar su búsqueda de trabajo, sus días consistían en despertarse tarde, beber una enorme taza de café o algo de licor, regar y hablar de forma amenazante a su plantas mientras escuchaba música de Queen a todo volumen, tenia los ahorros suficientes para darse esas  pequeñas vacaciones, pero sus días de descanso no serian tantos como le hubieran gustado ya que una llamada de su hermana llegaría, ella había cumplido con su palabra, pues ya le había agendado una cita de trabajo.

Un poco molesto se quejo ante la idea pero rápidamente la acepto ya que si contaba con ahorros pero eso ahorros no serian eternos, estos se acabarían junto con la comida, la gasolina para su bentley y las botellas de alcohol.
Beelz se limito a darle los detalles de la cita y de forma breve termino la llamada, no sin antes recordarle que comiera bien y no solo viviera de alcohol.

Al día siguiente la alarma de su teléfono sonó, la cálida luz de sol entraba por su ventana provocando que poco a poco abriera sus dorados ojos que pareciera que luchaban contra el mismo sol para ver quien iluminaba  mas el día, recordando el compromiso que tenia. De mala gana se levanto para tomarse un baño, debía ir lo mas presentable posible lo bueno es que sabia como lucir extremadamente atractivo, con un traje negro como la misma noche y zapatos lustrados, una llamativa corbata roja carmesí, camisa gris y sus distintivos lentes oscuros.

Si no le daban el trabajo por su esfuerzo lo harían por coquetearle al entrevistador, ya que el genero le era lo de menos, sentía atracción tanto por hombres como mujeres, sin mucha demora termino de alistarse tomo las llaves de su auto y salió disparado hacia la dirección dada por su hermana.

No tardo demasiado en llegar conduciendo a alta velocidad mientras se decía así mismo que la vida era un riesgo después de haber vivido lo que el vivió; Cuando llego se percato que el lugar no era mas ni menos que una escuela  levanto una ceja incrédulo pensante que beelz le había jugado una broma pero con un breve mensaje le confirmo lo peor, había una vacante para maestro en esa prestigiosa escuela el había estudiado pedagogía todo era perfecto en la mente de beelz pero Crowley no lo pensó así.

Estaciono su carro en los lugares designados para maestros como si el puesto ya fuera suyo, se dirigió hacia las oficinas donde se llevaría acabo la entrevista sin prestar atención al camino por ver las grandes edificaciones tropezando con una estudiante.

-Discúlpame no vi por donde iba. -dijo crow sin ni siquiera bajar la mirada.

-Disculpe usted yo venia distraída. – contesto la chica.-¿Viene por el puesto de profesor?

Captando con esa pregunta la atención del pelirrojo, asintió afirmativamente.

-Bueno, puedo guiarlo hasta la dirección es fácil perderse aquí, mi nombre es Muriel.- dijo levantando su mano para estrecharla con la de el.

-Crowley.- se limito a decir mientras contestaba el gesto de estrechar las manos.

Tras una larga caminata por los pasillos de la escuela, Crowley y Muriel empezaron a tener cierta confianza el uno al otro, era extraño para el ya que la chica le trasmitía una inocencia indescriptible. Así empezaron a platicar primero de la escuela y tras varios temas de conversación terminaron hablando de patos y abejas, llegando así a la oficina de la directora.

-Bueno es aquí.- señalo Muriel

-Muchas gracias niña.- con un gesto agradecimiento sobrepuso su mano en la cabeza de Muriel.

En ese momento abrió la puerta dejando ver a un hombre alto, complexión fornida, recta y de ojos color purpura completamente fulminantes para quien lo veía emanando una mirada soberbia y con molestia.

-Gabriel- Saludo la joven.

-Que haces aquí Muri? Deberías estar de camino a tu clase.- dijo Gabriel tomando de los hombros a Muriel alejándola de aquel extraño hombre. -Te he dicho que no hables con extraños.- susurro de forma que el hombre también lo escuchara intencionalmente.

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