𝐓𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐟𝐢𝐫𝐦𝐞

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Una pequeña perla convertida en un humano.


Cuando apareció por primera vez en tierra firme, siendo arrastrada por las olas, sus pulmones se llenaron de forma forzosa y dolorosa con aire. Fue cegada por la luz del sol que era más intensa de lo que había imaginado y el sonido del granizo de los pájaros que volaban alrededor en la bahía. La arena se sentía grumosa e incomoda contra su piel desnuda, pero no pudo evitar atraparla entre sus dedos con fervor. Dedos.

Finalmente tenia manos.

El efecto cegador del sol se desvaneció y fue recibida por el cielo azul y los rayos de luz brillantes que solo habían alcanzado su pequeño cuerpo en débiles destellos en lo más profundo del mar, en la superficie eran tan cálidos.

La pequeña perla intento rodar sobre si misma, no sabía cómo usar ese cuerpo humano.

El mar aún rozaba sus tobillos sumergidos, causándole cosquillas. Pudo escuchar su propia voz mientras reía.

¡Tenía una voz!

Sollozó, volviendo a hundir sus delgados dedos en la arena, aferrándose a esa emoción desconocida. A los besos de despedida sobre sus tobillos de aquel mar que la había protegido por siglos.

El pensamiento de su Dios encendió su corazón con un soplo de esperanza.

Ahora, como todos los demás creyentes y fantasmas en el fondo del océano, podría elevar sus plegarias y ser escuchada.

Sus sollozos se volvieron más fuertes, y estuvo rodando y moviendo partes de su nuevo cuerpo sin comprender aún como funcionaban.

Cerca del atardecer, cuando sus labios se sentían secos por la deshidratación y su piel estaba hinchado y enrojecida por el calor de la costa, una mujer alarmada se acercó corriendo hacia ella.

— ¡Oh mi!

La mujer la tomó por las axilas, jalando su cuerpo agotado hacia ella mientras la cubría con algo suave. La pequeña perla se relajó, cerrando sus ojos una vez más mientras intentaba ignorar el malestar que difícilmente podía ocultar.

— Mi niña ¿Estás bien? Oh por dios, estás quemada de pies a cabeza. ¡Elliot! ¡Elliot, trae la camioneta!

Se preguntó ¿Qué era una camioneta? Y quién era Elliot.

¿También podría llamarse a si misma "Elliot"? El sonido era agradable. 

Ah... Podía escuchar al océano desearle un buen viaje. Un buen viento y buena marea.





Nota de autor:
La historia está pensada para tener capitulos cortos y un desarrollo lento, así que los personajes irán interactuando y apareciendo progresivamente.

Cualquier comentario es bien recibido. 🩷

𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐏𝐞𝐫𝐥𝐚 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora