Era extraño no despertar con el sonido del océano en sus oidos, o percibir la brisa marina cada vez que abría los ventanales de su taller de trabajo. En cambio, cada mañana, abría sus ojos y miraba el brillo del amanecer por medio de la pequeña ventana de la habitación en la que se encontraba, volteaba a su alrededor encontrando juguetes viejos, recuadros conmemorativos de folclore y medallas, fotos familiares y un par de huellas en la pared de color azul y rosa. En el techo, se conservaban las estrellas que alguna vez acompañaron a una niña y sus travesuras nocturnas. Perla debía tener unos diez años en la foto más vieja, y en las más recientes, unos dieciséis. En todas, salía sonriendo y rodeada de personas.
Volviéndose familiar con su entorno, Rafayel giró el rostro a su derecha, desde el colchón que ocupaba tirado en el suelo, y logró ver un par de bucles blanquecinos que caían desordenados desde la cama a su lado, la mano de Perla colgaba inmovil y su respiración ligera era el indicador de que aún estaba profundamente dormida.
Era extraño compartir habitación con alguien más, y saber que cada cierto tiempo el padre de su anfitriona pasara por la puerta abierta para confirmar que nada raro estuviese sucediendo entre ellos. Estuvo por cerrar sus ojos cuando el sonido de ollas, puertas abriéndose y pasos le indicaron que pronto sería hora del desayuno.
Rafayel resopló. El día realmente comenzaba muy temprano en ese lugar.
Por la tarde, las mujeres se reunieron en la cocina con los fogones encendidos y las ventanas abiertas de par en par. Batían huevos, hervían leche, cocinaban la mermelada de fresas en una cazuela y charlaban sobre las últimas noticias dentro de Moonflower Valley.
Rafayel permanecía sentado en una esquina del comedor, mirando a las mujeres moverse de un lado para otro. En algún punto una taza con café humeante fue depositada frente a él con un par de galletas. - Sírvase, Rafayel. Perlita no llegara hasta más tarde, así que espero que no le moleste acompañarnos en nuestra tarde de pastelería.
Rafayel se sintió bien recibido entre las damas que hablaban de una tal Cloe que había quedado embarazada del capataz de las tierras de su esposo, y el pobre hombre era el único que no sabía sobre las aventuras de su bandida mujer.
- Rafayelito, mueva un poco más la mano, que la mezcla se va a quedar pegada a la cazuela y luego se quema.
Rafayel siguió las instrucciones, hubo más chismes, café, galletas y luego de unas dos horas, el afamado pastel estuvo listo para ser cortado y repartido con los participantes.
- Ya volví. - Perla que había podido oler la tarta de fresas de su tía desde la entrada, corrió en dirección de la cocina solo para sorprenderse por la extraña imagen de Rafayel rodeado de señoras riendo y hablando sin parar.
Sus miradas se encontraron, y la peliblanca deseo burlarse de él. Pero en vez de eso, se permitió un momento de locura, imaginando que si el la escogiera... su familia lo amaría.
- Ah, ya volviste. - Rafayel fue el primero en notar su presencia, señalando una silla vacía a su lado como si estuviese en su hogar. - Ven, tu tía nos está contando sus recetas para el festival de las linternas flotantes.
Mientras Perla se acercaba, Rafayel sirvió un pedazo de pastel para ella, y con un tono divertido dijo: - ¿Te divertiste sin mi, Perlita?
Perla había escogido un buen día para llevar a Rafayel un poco más lejos y no volver su estadía algo monótono y aburrido. Su tía, con una sonrisa cómplice en el rostro, les prestó su motoneta de un modelo bastante viejo, casi obsoleto podría decirse. El pintor le preguntó a Perla si no podrían tomar un bus de esos que iban de ciudad a ciudad, pero la chica lo miró como si le hubiese crecido un tercer ojo en la frente. "No vamos tan lejos, y he andado en esta motocicleta muchas veces, no pasará nada." Eso fue lo que le dijo mientras tomaba una mochila y se la colgaba hacia delante. La otra la llevó él a sus espaldas.
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𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞𝐧̃𝐚 𝐏𝐞𝐫𝐥𝐚
Fanfiction↛ 𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐥𝐚 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐞𝐫𝐭𝐢𝐫𝐬𝐞 𝐞𝐧 𝐮𝐧 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨. ✿ Inserción de OC (personaje original) dentro de la historia que ya conocemos de LnDS. ✿ Puede que haya momentos donde no me mantenga fiel al Lore del canon, o qu...