Parte 6

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El sol se ponía lentamente sobre la ciudad, pintando el cielo de tonos cálidos mientras el bullicio de la vida nocturna comenzaba a apoderarse de las calles. En el apartamento de Chiara se respiraba total tranquilidad. La morena tras su vuelta de la playa se había encerrado en su habitación, tal vez, asimilando todo lo que le había confesado a la pelirroja. Sin embargo, ésta llevaba horas investigando cada una de las noticias que encontraba sobre la cantante. Todas seguían el mismo patrón, desprestigiarla sin argumentos contundentes. Simplemente comentaban una foto cualquiera, mal tomada, donde la morena aparecía de fiesta o en una terraza rodeada de más personas. Ahora ella tenía la difícil tarea de mejorar la imagen de la morena, se lo había propuesto ya como un reto personal. No sabía mucho sobre aquella persona y la primera impresión que se había llevado de ella fue la de alguien prepotente a la que nada le importaba, solo disfrutar de las fiestas y el alcohol. Sin embargo, la pequeña conversación que habían mantenido horas atrás desveló algo más profundo, alguien que odiaba mentir y necesitaba la aceptación de los demás. Alguien que se encuentra realmente sola a pesar de estar siempre rodeada de personas. Y, por ello, su cabeza iba a mil por hora buscando distintas soluciones al problema de la cantante.

Los acordes de una guitarra la despertaron en mitad de la noche. Eran simples arpegios y notas atropelladas, como quien busca una nueva ronda de acordes mientras escribe una canción. No dudó en levantarse sigilosamente y dirigirse hacia la habitación repleta de instrumentos que había descubierto la noche anterior. Con máximo cuidado abrió la puerta ligeramente dejando entrever el cuerpo de la morena de perfil sobre el enorme sofá de la sala. Probaba un acorde tras otro mientras apuntaba algo en una libreta rosada que descansaba a su lado. A Violeta le pareció hipnótico poder ver el proceso de creación en Chiara. Estaba completamente sumergida en aquello y parecía no existir nada más a su alrededor. Hasta su expresión corporal en aquel momento, rodeada de instrumentos y música, la hacían ver una persona completamente diferente. Y es que Violeta no se había parado a observar detenidamente a aquella chica que ahora estaba a escasos metros y sin duda, a partir de ahora se convertiría en su deporte favorito. La voz de la morena la sacó de sus pensamientos.

En un mundo donde las expectativas son altas,
Me siento atrapada entre el querer y el deber,
Cada paso que doy, cada palabra que digo,
Me pregunto si será suficiente para ti.

Nunca había escuchado a Chiara cantar y su cuerpo se quedó inmóvil al escuchar aquellas notas aterciopeladas salir de su garganta.

No quiero decepcionarte, no quiero fallar,
Pero a veces siento que no puedo más.
Intento ser fuerte, intento brillar,
Pero el miedo a defraudarte me hace temblar.

Las miradas de juicio, las palabras de crítica,
Se clavan en mi piel, como dagas en la noche,
Quiero ser perfecta, quiero ser todo lo que esperas,
Pero a veces me pierdo en el laberinto de tus miradas.

No quiero decepcionarte, no quiero fallar,
Pero a veces siento que no puedo más.
Intento ser fuerte, intento brillar,
Pero el miedo a defraudarte me hace temblar.

Sentía como su piel se erizaba con cada palabra que salía de la morena. Estaba abriéndose y soltando todo aquello que le estaba comiendo por dentro y ella estaba invadiendo su intimidad, pero no podía dejar de escucharla, la tenía completamente hipnotizada.

Quizás algún día entenderás,
Que no puedo ser todo lo que deseas,
Pero en cada paso que doy, en cada elección que hago,
Sé que lo hago con amor, aunque a veces falle.

No quiero decepcionarte, no quiero fallar,
Pero a veces siento que no puedo más.
Intento ser fuerte, intento brillar,
Pero el miedo a defraudarte me hace temblar.

La guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora