Parte 19

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Chiara se retorció entre las sábanas, con una sensación de bienestar que la envolvía completamente. El desayuno compartido con Violeta había calmado sus inseguridades, y el peso de la noche anterior, que había despertado en ella un torbellino de emociones, comenzaba a disiparse. Pero el día estaba apenas comenzando, y ambas tenían responsabilidades que cumplir.

Chiara sabía que tendría una jornada ajetreada; las entrevistas que había aceptado para promocionar su concierto no se harían solas, y aunque deseaba pasar el día entero en la cama con Violeta, debía enfrentarse al mundo exterior. El concierto de esa noche sería crucial para su carrera, un evento que había estado planeando durante meses, y cada entrevista era una oportunidad para atraer más público.

Violeta, por su parte, estaba concentrada en su trabajo. Como jefa de seguridad de Chiara, su prioridad era asegurarse de que todo estuviera bajo control para el concierto y de que Chiara estuviera protegida en todo momento. Había sido entrenada para mantener la calma y el profesionalismo, pero estar cerca de Chiara hacía que mantener la distancia emocional fuera cada vez más difícil.

Cuando terminaron de desayunar, Chiara se vistió rápidamente, eligiendo un conjunto sencillo pero elegante para las entrevistas. Violeta la observaba mientras se preparaba, y aunque no decía nada, la admiración en su mirada era palpable.

—¿Lista para conquistar el mundo? —preguntó Violeta con una sonrisa.

Chiara se giró hacia ella, su expresión suave y agradecida.

—Lista, siempre que estés a mi lado.

Violeta se acercó y le dio un beso rápido en los labios, un gesto que habría sido inocente si no fuera por la chispa de deseo que siempre se encendía entre ellas. Sin embargo, el momento fue interrumpido por la vibración del teléfono de Violeta, quien se apartó rápidamente para contestar.

—Sí, todo está bajo control —dijo Violeta en un tono profesional, recuperando su compostura—. Estaremos saliendo en cinco minutos.

Chiara suspiró, sabiendo que su tiempo a solas con Violeta estaba llegando a su fin. Los días como estos serían difíciles; ambos roles, el de amante y el de profesional, se mezclarían constantemente, y el deseo de estar juntas chocando con las responsabilidades que cada una debía cumplir.

Las primeras entrevistas transcurrieron sin problemas. Chiara respondía con la elocuencia y el carisma que la caracterizaban, hablando sobre su música, sus influencias y lo que el concierto significaba para ella. A su alrededor, el equipo de producción iba y venía, ajustando cámaras y micrófonos, mientras Violeta vigilaba todo desde una distancia prudente, siempre atenta, siempre alerta.

Entre una entrevista y otra, cuando el equipo se tomaba un breve descanso para preparar el siguiente set, Chiara se acercó a Violeta. A pesar de estar rodeadas por personas, la conexión entre ellas era innegable, y Chiara no pudo evitar rozar la mano de Violeta con la suya, en un gesto que parecía casual, pero que llevaba consigo un mundo de significados.

Violeta le devolvió la mirada, sus ojos brillando con una mezcla de afecto y deseo reprimido. Sabía que no podían permitirse el lujo de ser vistas de manera comprometedora, pero estar tan cerca de Chiara y no poder mostrar lo que sentía era una tortura dulce.

—Estás haciéndolo increíble —susurró Violeta, apenas audible sobre el ruido del set.

—Gracias —respondió Chiara, sonriendo. No soltó la mano de Violeta, disfrutando de ese pequeño contacto que era su único consuelo en medio del bullicio.

Sin embargo, como había sucedido varias veces antes, el momento fue interrumpido. El productor se acercó para avisarles que la siguiente entrevista estaba lista para comenzar, y ambas mujeres tuvieron que separarse rápidamente, volviendo a sus respectivos papeles.

La guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora