Parte 7

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Habían pasado algunas horas desde que Chiara había soltado aquella bomba en redes sociales y estaba de los nervios. No podía dejar de pensar en qué pensaría la discográfica, pero lo que más le preocupaba era cómo se lo podían haber tomado los fans. Su única intención era mostrarse tal cual era, que pudieran ver a la Chiara que estuvo meses atrás en la academia y que disfrutaba con pequeñas cosas. Esa Chiara que amaba componer sobre su día a día y que no callaba sus pensamientos. 

Lo primero que hizo tras realizar la publicación fue apagar los datos de su teléfono, no se veía capaz de hacerle frente a los comentarios ella sola. Tal vez era un gesto tonto por su parte, pero igual que la pelirroja la incitó a hacer aquella locura, sentía que le debía la exclusividad de ver juntas los comentarios o reacciones que aquel vídeo ocasionara.

La mañana envolvía el apartamento con una calma que contrastaba con la tormenta emocional que había vivido Chiara durante la larga noche. Se sentó en el sofá, con la mente aún revuelta por todo lo acontecido durante el día anterior. La música seguía resonando en su cabeza, las palabras de la canción que había compartido con el mundo retumbaban en su interior. Se sentía vulnerable pero a la vez liberada, como si finalmente se hubiera sacado un peso enorme de encima.

Le había costado varias horas llegar a esa conclusión cuando el insomnio le atacó durante la noche. En primer lugar lo que sintió fue miedo, pánico, pero poco a poco, tras darle vueltas el miedo pasó a liberación. No sabía lo que le acontecería a partir de ahora, pero al menos, sus fans podrían escuchar su verdad.

El sonido de su teléfono rompió el silencio de la habitación. Un vistazo rápido a la pantalla reveló que era Ruslana, su amiga y compañera en la academia. Dudó un momento antes de contestar, preguntándose si estaba lista para enfrentarse a las preguntas y comentarios que seguramente recibiría sobre la canción que había publicado.

Hola, Rus —saludó con voz algo temblorosa.

¡Chiara! —exclamó Ruslana al otro lado de la línea—. ¡Acabo de ver tu publicación en Instagram! ¿Estás bien?

Chiara se tomó un momento para responder. No estaba segura de cómo explicar lo que había pasado ese día, pero sabía que podía confiar en Ruslana.

Sí, estoy bien —dijo finalmente—. Ha sido un día intenso, pero estoy... mejor.

¿Qué ha pasado? —preguntó la pelirroja con curiosidad.

Chiara vaciló por un momento, preguntándose cuánto debería contarle a su amiga. Pero al final decidió que necesitaba desahogarse, y Ruslana siempre había sido una buena oyente.

Bueno, resulta que tengo una nueva guardaespaldas, Violeta —comenzó—. Y hoy, tras un ataque de ansiedad en la discográfica me llevó a una playa tranquila, y... hablamos. Mucho.

Ruslana escuchaba en silencio, esperando a que Chiara continuara.

Le conté algunas cosas sobre cómo me siento, sobre lo que ha estado pasando últimamente. Y luego... luego me animó a compartir una canción que había escrito para que todos supieran como me siento. Una canción muy personal, Rus.

¿Y cómo te sientes ahora? —preguntó la pelirroja con suavidad.

Me siento... expuesta, vulnerable —admitió Chiara—. Pero también me siento... liberada, de alguna manera. Como si finalmente hubiera podido sacar todo eso que había estado guardando dentro.

Hubo un breve silencio antes de que la ucraniana hablara de nuevo.

Chiara, siempre he admirado tu valentía y tu fuerza —dijo sinceramente—. Y aunque no puedo imaginar lo que estás pasando, quiero que sepas que estoy aquí para ti. Siempre.

La guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora