El piso de Chiara estaba sumido en un silencio inusual. El crepitar de la chimenea en la sala de estar era el único sonido que rompía la quietud. Chiara estaba sentada en el sillón, mirando las llamas danzar con una mezcla de melancolía y curiosidad. Frente a ella, Violeta, permanecía con las manos cruzadas sobre su regazo y su mirada fija en un punto indefinido del suelo.
—Violeta, cuando estés preparada estaré aquí para escucharte —comentó Chiara con voz suave pero firme.
Violeta levantó la cabeza sorprendida. Sus ojos se encontraron con los de Chiara, y por un momento, pareció dudar.
—No sé como comenzar, Chiara. —Intentó sonreír, pero la preocupación en su rostro era evidente.
Chiara no se dejó engañar. Conocía a Violeta lo suficiente como para saber cuándo algo la estaba inquietando realmente.
—Violeta, no te voy a juzgar. —La insistencia en la voz de Chiara era inconfundible. Violeta suspiró, sabiendo que no podía seguir ocultando la verdad. Se acercó a Chiara, apoyando los codos en las rodillas y frotándose las manos nerviosamente.
—Está bien, te lo contaré. Es una historia larga, pero necesito que la conozcas. — Chiara asintió, preparándose para escuchar.
—Hace unos meses, trabajaba como guardaespaldas para la señora Aldánez. Es una mujer poderosa pero muy amable. Sin embargo, su hija es todo lo contrario, es una niña rica y acostumbrada a conseguir todo lo que quería. Tras varios meses trabajando con la señora Aldánez, pasé a proteger a su hija. — Violeta comenzó, su voz era baja y controlada, aunque con un leve temblor que delataba su emoción.—Al principio, todo iba bien. Mi trabajo consistía en protegerla, y lo hacía con la misma dedicación con la que ahora te protejo a ti. — Chiara asintió, pero en su interior sintió cierta decepción con las palabras de Violeta. En ciertos momentos llegó a pensar que la forma en que la trataba la guardaespaldas era especial, pero acababa de confirmarle que es una clienta más. Y eso, por alguna razón ha hecho mella en algún resquicio de su interior. — Pero con el tiempo, las cosas empezaron a cambiar. La señorita Aldánez empezó a mostrar un interés poco profesional en mí. —Violeta hizo una pausa, como si estuviera eligiendo cuidadosamente sus palabras.
—¿Interés poco profesional? —preguntó Chiara, queriendo entender mejor.
—Sí. Empezó con comentarios inapropiados, insinuaciones, acercamientos. Al principio, intenté ignorarlo, pensando que tal vez era su forma de ser. Pero luego, sus avances se hicieron más directos. Intentó besarme en varias ocasiones, me hacía proposiciones... —Violeta tragó saliva, claramente incómoda con el recuerdo.
—¿Y qué hiciste? —Chiara se inclinó hacia adelante, interesada.
—Le dejé claro que no estaba interesada. Mantener una relación con un cliente va en contra de mi ética profesional, sin mencionar que no tenía ningún interés personal en ella. —Violeta hizo una pausa y a Chiara le vino el recuerdo del beso de ambas. A ella no le había rechazado, al contrario. Pero si eso iba en contra de su ética profesional, ¿por qué con ella no había actuado igual? La mente le iba a mil intentando comprender el comportamiento de la guardaespaldas porque con ella cruzaba ciertos límites que con la señorita Aldánez veía inmorales. Los ojos de la pelirroja se oscurecieron con el recuerdo de lo que vino después.—Ella no tomó bien el rechazo. Al principio, trató de persuadirme con promesas de dinero y beneficios. Pero cuando vio que no cedería, su actitud cambió drásticamente. Empezó a hacerme la vida imposible, a criticar mi trabajo sin razón, a buscar cualquier excusa para hacerme sentir mal. —Violeta respiró hondo, luchando por mantener la compostura.—Finalmente, un día, después de un enfrentamiento particularmente desagradable, me despidió. Pensé que eso sería el final, pero estaba equivocada. Poco después, recibí una citación judicial. La señorita Aldánez me había denunciado por acoso sexual. —Violeta cerró los ojos, recordando el impacto de aquella noticia. Chiara la miraba con una mezcla de incredulidad y compasión.
ESTÁS LEYENDO
La guardaespaldas
FanfictionLa cantante Chiara Oliver se ha visto involucrada en varios acontecimientos incómodos en los últimos meses, por lo que su equipo ha decidido contratar a una guardaespaldas para llevar a cabo la difícil tarea de mantener a salvo la reputación de la a...