Altagracia
- Va a estar más que feliz con la noticia Eunice.
- Sí ¿Como no? Si has estado buscando soluciones desde que se enteró de su estado.
- Me alegra tanto que vamos a poder estar en paz cuando Aylin se cura y conoce a su papá.
- Creo que deberían decirle la verdad a Samantha_ me calla con su mano_ ya sé que es mala mujer y todo pero es su hija tiene derecho de saberlo.
- ¿Y si durante todo ese tiempo lo supo y solo quiso hacerlo para buscar a Luis?
- ¿Y si nunca supo nada y que de verdad la buscó sin resultado?
- Aveces me choca tu sinceridad amiga.
- Lo sé, pero tengo que ser ese lado racional que te falta cuando de José Luis se trata.
- No soy una tonta cuando de él se trata bruta_ la golpeó el hombro.
- Jajajaja_ se bebe su café_ sólo digo que deberían decirle que ya encontraron a su hija y de ahí, ver su reacción también.
- Mala idea no es pero tengo que hablar primero con Luis antes de tomar la decisión.
- Me parece perfecto.
- ¡Ash!
- ¿Qué?
- Es el bebé_ me está pateando muy fuerte la costilla derecha_ ¡Ash! Cariño si vamos a hablar con tu papá. Lo hace cada vez que menciono a su padre.
- Extraño a su papi_ mi amiga acaricia la zona_ y con razón ¿Cuántos días sin estar con él? ¿Hummm?
- Desde que se fue, no hemos tenido el tiempo de vernos mucho y mucho menos hacer nada
- Uy me imagino como debes estar tu con las hormonas.
- Ni me recuerdas Eunice, ni me lo recuerdas.
- Ay ya tampoco así_ se muere de la risa por mi cara_ las hormonas deberían ser una ventaja ya que el placer sexual está en un nivel maximal pero cuando no tienes a quién bajarte las ganas uy eso sí que es feo.
- He hecho de todo pero no me he podido bajar, es que lo necesito a él, lo necesitamos a él porque hasta a su hija también le hace falta un poco de calor de su papá.
- Pero tampoco seas muy tu eh Altagracia que te conozco, capaz y se sale el niño durante la fiesta.
- Ni modo, si tiene que venir de este modo en el mundo quien soy yo para impedirlo.
- Descarada.
- Es culpa de las hormonas y de mi nivel alto de la libido no yo.
- Puras excusas.
El ruido detrás de nosotras nos hace girar la cabeza.
- Cariño ¿Que tal ha Sido tu viaje con Adolfo?
- Hola tía, muy bien a pesar de los pesares.
Viene hasta nosotras y se mete en medio dejando la cabeza entre el hueco de mi hombre y mi cuello.
- ¿Pero que ha pasado mi vida?
- ¿Cariño estás bien?_ dejo un beso sobre su cabeza_ te siento caliente.
- Estoy bien mamá. Tía hemos pasado un buen momento y me ha hecho recordar cosas que me hicieron sentir triste nada más.
- Ay mi vida_ le frota el brazo_ se te pasará y me tienes a mi y a tu mamá para lo que sea.
- Lo sé_ deja un beso en mi hombro_ mi mamá es lo mejor que me pudo pasar.
- Ay mi amor, tu y tu hermano son lo que más amo en este mundo.