Mi Familia

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   Altagracia

   La puerta de mi cuarto está abierta, sobre la cama hay una bolita y con la forma creo que es mi hija.

Camino despacio para no despertarla. Pero falló en mi intento porque nunca ha estado durmiendo.

- Te oí entrar_me dice con la voz apagada.

- Mi amor ¿Estás bien?_ apresuró el paso para sentarme con ella_ cariño estás llorando.

- Mamá no puedo, no puedo

- ¿No puedes con que mi vida?

- No puedo hacerle de lado mamá.

Su llanto se vuelve más fuerte y la atrajo a mis brazos.

- Mi amor tienes que calmarte y explicarme lo que te está pasando con tranquilidad, que no te estoy entendiendo nada.

Hay un momento de silencio en lo que trato de que se calme y relaje.

- Ahora dime ¿Qué te ha pasado para que te pusieras en este estado?

- Mamá no puedo dejar de pensar en él.

- ¿Él? _ frunzo el seño_ ¿Adolfo?

- No mamá, Saúl_ levanta la cara para mirarme_ no he podido olvidarlo estando con Adolfo.

- Ay mi amor, ¿Y Adolfo que dice?

- Eso es lo que me mata mamá, que sea un hombre tan comprensible y amable_ se endereza_ me ha dicho que entendía y que me esperaría el tiempo que sea.

- Es que eres una mujer excepcional mi amor. Entiendo que no estés preparada para algo ahora con él ahora, pero no te cierres a la posibilidad de un futuro juntos.

No contesta y se aferra a mis brazos tal un cachorro en busca de su mamá. Y le doy lo que necesita, este cariño que tanto ha extrañado por muchos años.

Me parte el corazón ver a mi hija así, destruida y no poder hacer nada para aliviar su dolor.

No quiero eso para mí hijo, no más dejaré que ninguno de mis hijos pasen por la crueldad de este mundo.

Mónica que en mis brazos has que consigue el sueño. La dejo cobijada en mi cama y salgo para llamar a José Luis quien me ha perdido darle las noticias de la pequeña.

- ¿Cómo está?

- Mal, todavía le duele mucho la partida de Saúl.

- ¿Quieres que venga? Podría hacerle bien verme, sabes que amo mucho a Mónica.

- Lo sé mi amor, pero ahora Aylin te necesita, de Mónica aquí me encargo.

- Vale, cuando esté despierta, me llames y hablo con ella un ratito, ¿Vale?

- Vale padre protector.

Me río amorosa de su forma tan particular de preocuparse de mi hija.

- Siempre seré protector con ustedes, sois mi vida y lo sabes.

- Lo sé, ya para que me voy a poner a llorar y no quiero que tú hijo me vea así.

- Ay tan linda estás cuando llores.

- ¡Luis!

- Es verdad

- Voy a colgarte si sigues.

- Lo siento, lo siento _ se ríe _ no voy a seguir más.

- Así está bien. ¿La doctora ha dicho algo sobre los exámenes?

LA DOÑA 3 [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora