Me di la vuelta, aún con lágrimas en los ojos, y entonces noté a Elliot. Sin dudarlo, me lancé directamente hacia él y lo abracé con fuerza.Elliot me dio un beso en la cabeza—Vamos, te llevaré a casa.
Negué con la cabeza.—No, no quiero. Volvamos adentro.
—Eli, no es una buena idea.
—Tampoco era buena idea venir, pero el ego de René necesitaba presumirle a Liam que ahora estoy con él. Y cuando las cosas no salieron como René quiso, simplemente se fue—dije, con frustración evidente en mi tono.
Tomé la mano firme de Elliot y lo arrastré de vuelta al bullicioso bar. Mis tragos seguían llegando, cada uno más rápido que el anterior, como si quisiera ahogar mis pensamientos en un mar de alcohol. El tiempo se desvanecía entre risas y conversaciones borrosas, mientras el mundo giraba a mi alrededor en un torbellino de luces y sonidos.
Elliot colocó su mano en mi cintura para ayudarme a mantener el equilibrio mientras continuaba tambaleándome.—Vamos, ya es suficiente—dijo con voz preocupada.
Salimos del bar mientras Elliot pedía un auto.—Oye Elliot, ¿no te encanta cuando el mundo da vueltas y vueltas?—dije con una risa un poco torpe.
Elliot me lanzó una mirada de desaprobación.—No son vueltas, son los efectos de mezclar varias bebidas alcohólicas—murmuró con seriedad.
— ¡Ey colega, estás en modo gruñón total! Pero, mira, fue la bomba beber por cada desgracia que nos ha tocado. ¡Necesito otro trago para celebrar la vez que René me dejó tirada en el estacionamiento!—dije con una risa un poco torpe. Comencé a tambalearme torpemente por el estacionamiento debido a todo el alcohol que bebí.—Sabes, lo más triste es que nunca he dormido con René. Si esto es el fin, nunca sabré cómo es estar con él.
En ese momento apareció Liam con una gran sonrisa.—¿Necesitan ayuda?
Elliot se colocó enfrente de mí—No, gracias, Liam. Estamos bien
Liam me observa fijamente y analiza mi estado. Eli, te llevo.
— Oki.—Intenté caminar, pero Elliot me detuvo con firmeza.
—No te vas a llevar a Eli, especialmente en el estado en el que estás—dijo Elliot con determinación.—Aunque debo admitir que dejaste de estar tan ebrio muy rápido.
Liam le lanzó una mirada desafiante a Elliot.—¿Quién demonios eres tú y por qué actúas como el ángel guardián de Eli?—preguntó con irritación mientras intentaba tomar mi brazo para llevarme con él.
Elliot bloqueó a Liam con determinación, negando con la cabeza.
Liam le dio a Elliot una pequeña sonrisa maliciosa.—Eres un pervertido que quiere aprovecharse de Eli en ese estado—dijo con sarcasmo.
Elliot frunció el ceño y se enojó.—No todos queremos tratar mal o aprovecharnos de Eli.
—Elliot, algo anda mal—jadeé, antes de que mi estómago diera un giro mortal y vomitara en el asfalto del estacionamiento del bar.
Ambos me observaron con preocupación y una pizca de disgusto por el vómito. Liam, con expresión compasiva, sostuvo mi pelo hacia atrás para evitar que se me pegara en la cara.
—Ya es suficiente. Eli se va conmigo—dijo Liam después de que terminé de vomitar.Liam tomó mi mano y me llevó arrastrando hasta su auto.
—No, quiero a Elliot—dije, apenas entendible debido al alcohol.

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El desastre que fui
RomanceElody ha sido el secreto de Liam durante demasiado tiempo. Él es el hermano de su mejor amiga, el que nunca podrá ser suyo por completo, el pecado en el que siempre recae. Debería alejarse, pero nunca ha sabido decirle que no. Hasta que aparece René...