Tenshi.
No aparto la vista de los tacones verdes que están encima de mi escritorio.
Una sonrisa aparece en mis labios cuando recuerdo la noche en que los tome. Cuando recuerdo cómo se sintió los labios de ella contra los míos. Como quería más, ella quería más, pero sabía que no iba a pedir más.
Por ahora.
Mi Misuki es muy valiente para alguien que no recuerda su pasado.
Ella estaba dispuesta a arriesgar todo con tal de conocer más sobre ella misma. Si tan solo supiera lo que ella era antes.
Su voz. Su piel. Su cabello. Todo de ella.
No puedo sacarlo de mi mente.
-¿Vas a trabajar? ¿o seguirás viendo esos tacones cómo si fueran tu próxima presa?
Aparto la mirada de los tacones por primera vez en la noche para ver a quién le pertenece esa voz femenina que llegó.
-¿Qué quiere, Delilah?
Ella me sonríe, sus rulos los tiene amarrados en un moño alto mientras viste su uniforme de doctora.
Debió haber salido de curar a los chicos que encontramos hoy.
-Quiero que dejes de ver esos tacones por unos minutos y te concentres en el plan.
-Ya hemos repasado el plan mil veces, no tienes que repetirlo.
Ella me ignora como siempre y se sienta en el escritorio al lado de los tacones.
-Sabes que esta no es igual a las otras misiones.
-Lo sé.
-Y sabes que vamos a perder muchas cosas si sale mal -me recalca -. Muchas personas importantes.
-Lo sé, mierda ¿piensas que no sé lo que está en riesgo?
-Parece que no -me dice -. Si ir a ese baile te iba a dejar así, entonces hubiera sido mejor si...
-No te atrevas a decirlo, sabes muy bien que necesitaba ir.
Ella se cruza los brazos antes de suspirar.
-Lo sé, cualquiera en tu posición hubiera hecho eso -bufa -. Joder, yo ni siquiera hubiera aguantado tanto como tu lo hiciste.
-Es difícil cada día -mis manos se empuñan -. Y saber que ella está con...
No puedo ni siquiera acabar mi frase.
No puedo pensar en eso.
Pensar en eso hace que mi poco control se vaya a la mierda.
Hace que empiece a actuar de manera impulsiva sin ver el riesgo a largo plazo.
Cómo lo que pasó en ese baile.
-Si, pero existe una forma de cambiar eso -me recuerda -. Por eso es importante repasar el plan.
Suspiro antes de levantarme de mi asiento mientras guardo los tacones en una de las gavetas del escritorio.
-Llama a Xander -le pido.
-Como diga, jefe -ella hace me hace un saludo militar.
Yo solo ruedo los ojos mientras va en busca de él. Cuando Xander aparece en mi oficina, me sonríe.
-¿Para qué soy bueno, jefe?
-Basta, todos ustedes saben que no me agrada que me llamen así.
-Conozco de alguien que amarías que te llame así.
Si las miradas pudieran matar, Xander estuviera enterrado siete metros bajo tierra. No, borra eso, él estaría pidiendo piedad por lo que acaba de decir.
-No es momento para tus chistes.
El cambia la expresión de su cara, sabiendo que estoy hablando en serio.
Lo que Delilah dijo es verdad.
No podemos fallar.
Tenemos que recuperar lo que se nos fue robado.
Y nada, absolutamente nada en este mundo o fuera de él, va a impedir que lo recuperemos.
Que la recuperemos.
Ella volverá con nosotros.
Así sea que tenga que mover cielos y tierra.
No importa si tengo que hacer trato con el mismísimo demonio.
No me importa a quien tenga que matar para traerla de vuelta.
Nunca he sido un santo después de todo.
-¿Repasamos el plan? -Xander pregunta.
Yo asiento con la cabeza mientras dejo que se siente.
-No podemos permitirnos ningún fallo.
-Lo sé -él me da una mirada de entendimiento -. Sé cuánto podemos perder.
-Es nuestra única oportunidad, Xander. Juro que si lo echas a perder.
-No lo haré -él me sonríe -. Después de todo, es hora que ellos paguen por lo que nos quitaron ¿no?
-Exacto -le sonrío -. Es hora de darles una probada de su propia medicina.
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Holaaaaa.
Un capitulo corto, pero desde otra perspectiva... ¿Qué les parece este enmascarado misterioso?
No olviden que si les gusto el capitulo, dejar su comentario y estrella <3
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Nos vemos en el próximo capitulo ;)
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Memorias Robadas [Memorias #1]
RomanceMi nombre es Gwyneth Sasaki. Tengo 25 años. Mis padres están muertos. O eso fue lo que me dijeron cuando desperté sin rastro de mi pasado en mi mente. Resulta que, cuando no tienes memorias, empiezas a creer todo lo que los demás dicen. Mi tío...