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Mi tío por parte materna.

Un hombre que es un mounstro a su manera gracias a los poderes que ahora son míos, poderes que el me otorgó cuando tuve suficiente edad para tenerlos.

Un hombre que no es un hijo de puta que quiere venderme como a una vaca solo para conseguir dinero como lo hicieron los hermanos de Roxana que supuestamente eran mis tíos. Tíos a los cuales asesine a todos, pero de igual forma es bueno saber que tengo a este hombre en mi vida, de alguna extraña manera.

Y lo digo con tanta confianza por la manera tan emocionante, ese orgullo y la admiración con la que el me mira que es increíble. Me hace sentir incomoda por la intensidad de su mirada, por el cariño que hace notar en su mirada como si ya me conociera. Me incómoda un poco como ver cómo a través de su mirada está viendo a otra persona que extraña mucho.

—E esperado muchísimo tiempo para volver a verte— me dice con una sonrisa, que me hace quedarme quieta. Muy quieta.

Miro a mi alrededor a los hombres y mujeres que siguen de rodillas ante mí, al igual que sus hijos que me miran con ojos brillosos y emoción reflejado en ellos.

—Pueden...pueden levantarse— le digo a todos en una orden un tanto incomoda.

Obedecen de inmediato levantándose del piso para mirarme a la cara. Yo me niego a mirar al rubio idiota de hace un minuto y mejor fijo mi mirada en el hombre ante mí.

—Ven, demos una vuelta— señala hacia el camino de árboles y arbustos detrás de él— Así te presento a unas cuantas personas.

No me niego ante ese ofrecimiento. Miro una última vez a las personas que me habían retenido y no dudo en seguridad al antiguo dios de la destrucción.

Voy detrás de él hasta llegar a su lado, y caminar junto a el por esos hermosos arbustos llenos de flores de miles de colores y los árboles grandes y frondosos siendo la especie de un bosque en medio del otoño. Las hojas verdes son hermosas, más grandes que en planeta de dónde provengo y las flores son más grandes, brillantes y hermosas en esos arbustos que voy pasando.

Miro al hombre que camina a mi lado que mira hacia alfrente. Y joder, es muy parecido a Owen. Es su tío. Es mi tío, y yo herede su sonrisa maquiavélica, eso pude notar cuando me sonrió de esa forma en que yo también lo hago. Owen heredó algo de el, no sé que, pero es algo que le da un parecido muy grande entre ambos.

Me encantaría que Owen estuviera aquí.

—Se que me parezco mucho a tu hermano. Es normal— dice de la nada sacándome de mi trance.

Volteo mi cabeza de nuevo hacia el camino sintiendo un calor ardiente que me sube por la garganta de la vergüenza que me da el que me halla pillado mirándolo de tal manera como lo hacía.

—Tu también te pareces a tu madre, por si no lo sabías— me dice, con un toque de sonrisa que me hace mirarlo de nuevo— Eh esperado mucho para ver cuando te ibas a atrever a venir a esta tierra para verme.

—No sabía de tu existencia hasta hace menos de una hora— señaló con indiferencia— Creo que no debiste de esperar tanto.

—Lo espere desde que activaste tus poderes cuando cumpliste los 13 años humanos. Pero, claro, tu padre tenía que hacer todo un drama para decirte quien era tu familia materna.

Noto el mal humor en su voz haciéndome sentir algo tonta por la manera tan estúpida en como Nicolás y Samael me ocultaron esto. A mí y a Owen.

—Siempre creí que mi madre era una zorra...el que me dijeran que ella no era mi madre y que si lo era ella. Me cayó como una bomba.

Juego De realidades [#2 Libro]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora