Juego De realidades [#2 Libro]

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-Parece que vas a vomitar- comenta Helion llegando a mi lado.

Me pasa una mano por la espalda, mientras su hermano, su mellizo va a la cocina según el para hacerme un té ya que varias veces se me subió la bilis a la garganta. Logré aguantar las ganas de vomitar.

Sería vergonzoso vomitar en un casa que no es mía, y está llena de dioses mas viejo que yo por cientos de años.

-Tranquila- me dice Cassia, con una sonrisa muy amable- Es normal que te sientas mal físicamente por algo así. Nadie espera una revelación así.

-Yo jamás pensé que esto me pasaría- mascullo recostando mi espalda de la silla. Miro al hombre que está sentado en el posa brazos del sofá donde me encuentro.

Y Helion de cerca se ve más lindo. Sonara feo viniendo de mí que e luchado en otras vidas por estar junto a mi alma gemela. Pero, hay que admitir cuando un hombre es muy atractivo.

-Nadie pensaría que eso le pasaría- comenta Kaylos con una sonrisa amable.

Una sonrisa que no cuadra del todo en su rostro, al ser el hombre que una vez destruía mundo como se le daba la gana. Su mujer camina hacia el con una ligereza que me deja embobada. Parece la misma creación encarnada, es preciosa, es vida, es creación. Es hermosa.

-Se ve magica ¿Cierto?- pregunta Helion a mi lado, mirando también a su madre.

-Sí- afirmo.

El sonríe de una manera muy bonita mirando a la mujer que le dió la vida, la mira como lo que es. Su madre. Y se nota que está orgulloso de ella, se siente orgulloso de la madre que el universo le a dado en esta vida.

Miro a Cassia sentarse junto a Kaylos con su aura enigmática que irradia luz y una paz, que da envidia. Y me doy cuenta que Samael transmite lo mismo que ella. Transmite esa paz que requiere la creación. El irradia lo mismo que ella, magia. Poder de la vida, de la creación.

-Supe que estabas aquí cuando tú compañero me empezó a invocar para hablar conmigo- comenta Cassia, mirándome con esos bonitos ojos dorados que tiene- Además que escuche a Jacobs viniendo para acá.

-¿Jacobs?- pregunta Helion a mi lado- ¿Tu lo llamaste?- yo niego con la cabeza cuando me mira, su madre también lo hace cuando la mira a ella.

-Supongo que supo por otros que la sobrina de Kaylos a venido.

-¿Es por eso que del lado norte de la ciudad huele a....nosé. Muerte?- pregunto moviendo lentamente mi nariz.

Se de lo que hablan porque desde aquí puedo oler ese aroma. A muerte, a algo muy viejo y poderoso que sería capaz de destruir la vida misma. Huelo a la muerte desde aquí, así como pude oler a la Primal que casi me mata hace unos días.

-Si, ya esta llegando- comenta Kellos saliendo de la cocina con una tacita en la mano.

Se acerca a mi con una firmeza que me deja entretenida ante sus firmes pasos. Se detiene ante mí, deja la tacita junto con una cuchar pequeña y unos sobres de azúcar pequeños.

-Té de manzanilla- me dice señalando la tacita.

-Gracias- le digo con una sonrisa de labios apretados. Cojo la tacita y le echo los sobrecitos de azúcar escuchando unos pasos que vienen desde afuera- Hueles a mujeres- comento, refiriéndome a Jacobs.

-Y unas muy monas, puedo decirte- me responde él, entrando a la sala con su aura oscura y sombría.

No levanto la vista hacia él cuando se detiene junto a Kellos y se sienta a su lado sin quitarme la vista de encima.