¿Por qué lo prohibido siempre resulta lo más interesante?
El pequeño Izuku lo sabía, no debía acercarse al mundo humano y tampoco interactuar con ellos. Lo sabía, pero no pudo evitar soñar despierto hasta que cayó en la trampa de la fantasía.
Sus l...
Se presenta esos cortos con el título de "Memorias de una sirena"
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¡Ante ustedes, la reina de los mares!
Era un criatura tan linda y llena de ternura, esa pequeña mano sujeta su dedo índice con fuerza, hace sonidos tan adorables que dejan a Inko en un estado vulnerable.
Las sirenas se acercan a las puertas del castillo para dejar una perla, la más linda que hayan encontrado, para demostrar sus buenos deseos al futuro príncipe.
Rezan unas cuantas palabras y se marchan felices hasta la espera en que la reina lo presente formalmente por el balcón.
Inko mientras tanto ha soportando no solo un dolor físico, también uno emocional.
Las tormentas suenan, la Reina eleva al nuevo príncipe del reino. Comienza con un cántico de cuna y procede a hablar con su pueblo.
─ Con ustedes, les presento a mi hijo. Príncipe de Akhuama, Izuku.
El pequeño tritón abre sus ojos, un bebé que ha sido recibido en la cuna del océano, le llueven buenos deseos y fortuna.
─ Sé que me han aceptado como su reina, aunque no haya tenido una coronación formal.
Los murmullos cesan, solo está ella en el profundo silencio y unos ojitos que la miran curioso.
─ Estoy aquí por mi reino y mi hijo, juntos saldremos de este pasado oscuro y quedará en palabras. Quiero ser lo suficientemente fuerte para afrontar lo que viene, este es el inicio de un nuevo mundo. De un nuevo destino para las futuras generaciones.
» Quiero su apoyo, comprensión y, lo más importante, paz. Por el comienzo de una nueva era, por el príncipe Izuku.
─ ¡Salve la Reina Inko!
─ ¡Salve el Príncipe Izuku!
Esta vez, no estaba sola. Tenía el regalo más precioso que pudo concebir de su vientre, la vida de un ángel que llegó después de la tragedia.
Inko tenía a su hijo, no necesitaba más. Ni siquiera las memorias hechas en la superficie.
─ Madre, padre... Miren este mundo que creé.
Inko besa la frente de su bebé, formando un nuevo lazo de amor. El amor de una madre.
