The Chant of the Mermaid - Gea Wildwood
Se presenta esos cortos con el título de "Memorias de una sirena"
Canto de la Sirena
─ Precioso...
Frente a ella hay una pared, en esta se aprecia un enorme vitral de tonos azules y verdesos, de todos los tonos que se podía imaginar. Es hermoso, es único y era el retrato más fiel a la belleza. El rostro de su madre. Una sirena de cola plateada, sus aletas con destellos púrpuras y pequeños brillos de colores, cabello en un rodete pequeño, ondulado y largo de un color azabache precioso, ojos verdes brillantes, mucho más que cualquier musgo brillante de los arrecifes. Por último, una bella tiara plateada decorada con esmeraldas.
Realmente era una imagen preciosa de ella sentada en un trono, con una bebé en sus brazos. Transmite tranquilidad a la pequeña sirena sentada en el suelo, contemplando cada detalle, cada centímetro con sus ojos verdes.
A decir verdad, no se parecen mucho, es decir, lo único semejante eran los bellos ojos que había heredado de su madre. Lo único que puede decir con orgullo, que le pertenece solo a ella.
─ Princesa, su padre la busca. ─ Su burbuja de ilusiones explota, la empujan a la realidad.
Una realidad tan alborotada y cruel.
─ Voy.
Le da un último vistazo a esa encantadora pieza de arte, han pasado tres años desde la muerte de la reina y esa era una herida que no cerraba a pesar del tiempo. Mucho menos para el rey.
A sus trece años de edad, Inko de Akhuama, princesa de los mares y futura heredera al trono, ya conocía la misma muerte y la soledad que dejan los recuerdos.
Lo recuerda bien, casi como si lo viera pasar una y otra vez frente a sus ojos. Es una imagen que la vive en carne propia con solo hacer memoria, una escena que le cuela los huesos y le hiela la sangre. Le retuerce por dentro y le hace llorar amargamente.
Ellos dando un paseo, un barco y una lanza. Cosas que al mencionarlas, Inko entra en ataques de pánico.
─ ¿Está todo bien? ─ Su acompañante, dama de compañía, habla después de ver los ojos de la pequeña sin vida, solo mirando fijamente sin razón.
─ Lo está. ─ Lo dice sonriente. Sigue su camino hasta llegar a esas puertas plateadas llenas de musgo, una vez ahí saluda a su padre con una reverencia. ─ Estoy aquí, padre.
─ Acércate. ─ Su vozarrona voz le provoca escalofríos, más cuando el ambiente es tenso.
No le teme a su padre, jamás lo ha hecho, pero por alguna razón, desde la muerte de su madre, Inko teme cometer cualquiera simple error frente a él. Le aterra pensar en eso.
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Beso De Sirena |KatsuDeku|
Fanfic¿Por qué lo prohibido siempre resulta lo más interesante? El pequeño Izuku lo sabía, no debía acercarse al mundo humano y tampoco interactuar con ellos. Lo sabía, pero no pudo evitar soñar despierto hasta que cayó en la trampa de la fantasía. Sus l...