Parte VII

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Hinata se despertó al sentir un rose en su frente, tenía mucho sueño

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Hinata se despertó al sentir un rose en su frente, tenía mucho sueño. Le había costado muchas horas dormir y finalmente lo logró cuando el sol comenzaba a asomarse. Parpadeó y estiró la mano, sacando, sea lo que sea que estaba tocando su cabeza.

Ella giró la cabeza y se asustó al ver que había alguien mirándola. Se incorporo rápidamente en la cama, apretando la ropa de cama contra su cuerpo. Su rostro estaba arrugado en confusión, hasta que reconoció a Toneri que la observaba con una sonrisa.

— Oh.. me has asustado —, murmuró ella.

Toneri tenía una bandeja en sus manos y la miraba con sus ojos grises amables.

— Lo siento, bonita. Pero, ya son casi las 11 a.m., me pareció apropiado despertarte para que pudieras desayunar algo.

Hinata alzó las cejas, sin poder creer que sea esa hora. Pero, Toneri no le dejó decir nada mientras acomodaba la bandeja que tenía pequeñas patas para poder acomodarla en su regazo sin que tocara sus piernas. Él sonrió, mostrando dientes blancos y sus finos labios estirados.

Hinata observó la taza de café, los pedazos de fruta y hasta había un plato tapado con huevos revueltos.

— Gracias Toneri —, le dijo, aún sorprendida. Ella se pasó la lengua por los dientes e hizo una mueca —. Me gustaría lavarme los dientes antes.

Toneri asintió, rápidamente sacó la bandeja de la cama y se hizo a un lado cuando Hinata sacó la ropa de cama para bajarse.

—¿Quieres desayunar aquí o en la sala? ¿En la cocina, tal vez?

Hinata se paró al frente de él. Toneri tenía una pantalón vaquero desteñido y aún usaba la bota para su pierna, pero luego su otro pie están sólo en calcetines. Una remera holgada color bordoña. Ella recordaba esa remera, se la había regalado ella.

Hinata sintió que su cara se calentaba.

— En la cocina. Bajó en seguida —, respondió, recordando lo que él había dicho.

— No hay problema linda—, dijo con un guiño y comenzó a caminar a la puerta de la habitación de invitados, con bandeja en mano.

Hinata se mordió el labio al ver la forma extraña que él caminaba gracias a su pierna que se estaba recuperando. Y suspiró cuando él estuvo fuera.

Lo cierto que anoche había estado tan enojada y sin saber a dónde ir que había terminado en la casa de Toneri. Ella había hablado con él sobre sus sentimientos, y aunque él se había sentido dolido, aceptó ser sólo amigos. Estaba tan agradecida por tener uno, después de todo lo había pasado, y sintiéndose tan pérdida como estaba en ese momento, corrió al único lugar donde había sido feliz antes de casarse.

Hinata se cepillo los dientes, mirando su rostro en el espejo y sin saber qué pensar.

Ella se había pasado casi toda la noche pensando en Naruto y extrañando sus brazos para dormir. No sé había dado cuenta cuánto se había acostumbrado a él para tener una buena noche de sueño. Observó las ojeras bajo sus ojos hinchados, porque sí, había llorado casi toda la noche.

Compromiso ImpuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora